Los fantasmas del escritor
Mirlo blanco, cisne negro
Juan Manuel de Prada
Espasa
440 páginas | 21,90 euros
Mirlo blanco, cisne negro es la nueva novela de Juan Manuel de Prada, que regresa a las librerías después de El castillo de diamante centrada en las difíciles relaciones que mantuvieron Teresa de Jesús y Ana de Mendoza, la princesa de Éboli. En ese momento, De Prada parecía haberse decantado por novelar la España del Siglo de Oro, los años de la posguerra y la División Azul (Me hallará la muerte) y la pérdida de las colonias de Filipinas (Morir bajo tu cielo). Con Mirlo blanco, cisne negro, De Prada regresa a la actualidad y nos sumerge en las miserias del mundillo literario y en las vicisitudes personales y anímicas que genera la creación.
Todo parece indicar que el relato posee ingredientes autobiográficos. Un joven escritor provincial, Alejandro Ballesteros, consigue publicar un libro de relatos y se traslada a Madrid en busca de la fama literaria, de ese esplendor que no llega más que a través de las páginas del suplemento Barataria. En el mismo viaje en tren, Ballesteros conoce a Paloma, una azafata de Renfe, a quien la literatura no le importa y que supondrá el anclaje con la realidad para el ilusionado escritor. Como el mundillo literario es pequeño, pronto logra acudir en Madrid a las presentaciones y eventos organizados por las editoriales donde cada cual pasea su vanidad y su libro. Por allí, a modo de personajes secundarios y administradores de las migajas que caen de la mesa de las “estrellas”, pululan los nocilleros, un grupo de escritores que el lector iniciado no tendrá problemas en identificar. Hay otros personajes, criaturas ridículas que se disputan los canapés y las frases sentenciosas, que nos recuerdan excesivamente a escritores famosos.
Ballesteros conoce entonces a Octavio Saldaña, un escritor “retirado” que ahora es locutor de radio y que, con una entrevista, otorga al joven una cierta popularidad. Se inicia una tormentosa relación de maestro-discípulo en la que Saldaña vampiriza al joven escritor y éste está dispuesto a sacrificarse él y a su obra por la desmedida admiración que siente hacia Octavio. Esa pasión literaria va perjudicando tanto su escritura —en el fondo la novela de Prada es un canto a la simplicidad, a la frescura— como a la vida personal de Ballesteros hasta conducirle casi al abismo que logra esquivar en el último momento gracias a la ayuda de Paloma.
Mirlo blanco, cisne negro es una muy interesante novela acerca de los peligros que suponen la obsesión literaria y el alimentar los fantasmas que asedian a todo escritor. Mucho más que la sátira sobre el mundillo literario, De Prada realiza una mirada irónica sobre sí mismo, cuajada de humor. Con una admirable prosa, voluntariamente arcaizante, más noventayochista que nunca, consigue sumergirnos en la historia —que quizás acabe un poco abruptamente— y desmitificar ese proceso de creación que lleva a cometer y decir muchas tonterías.