Compromiso
La selección que proponemos se sitúa lógicamente al margen de la actualidad editorial, que condiciona buena parte de los contenidos habituales de la publicación, para recuperar algunos de los artículos de fondo aparecidos en estos años, en los que los autores aquí representados y muchos otros que nos honraron con su confianza han aportado su disponibilidad y su talento a la hora de tratar de los libros propios o ajenos. En las páginas que siguen podemos encontrar excelentes aproximaciones a temas como el placer no meramente utilitario de los diccionarios y las enciclopedias, la dificultad inherente al empeño de los traductores, el alto linaje de los moralistas franceses, las delicias y variantes asociadas al género de terror, la decadencia de la oratoria en el lenguaje de la política, el auge de la biografía y la falta de una tradición autóctona que permita a sus cultivadores encontrar referentes a los que emular, la peculiaridad y el refinamiento intelectual del humor inglés, la crisis del mundo del libro, las implicaciones ideológicas que subyacen en las distintas opciones estéticas, el milenario maridaje de los griegos y el mar, el poderoso influjo del imaginario mediterráneo en las literaturas de Occidente, el arte y la función de la crónica o la amenaza de los particularismos a la cultura común europea.
No faltan, precisamente porque son, en el mejor sentido, inactuales, los acercamientos a autores clásicos en varias lenguas: Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Cervantes, Miguel Delibes o Juan Rulfo. Montaigne, Arthur Rimbaud, Jean-Paul Sartre o Albert Camus. Shakespeare, Mark Twain o Vladimir Nabokov. Y Rainer Maria Rilke. Siendo una revista orientada a dar cuenta de las novedades, MERCURIO siempre ha prestado atención a las que lo fueron en otro tiempo pero no han dejado de estar presentes, de modo que la nómina podría haber sido ampliada con multitud de semblanzas o análisis de obras concretas que tienen, como los aquí recogidos, un carácter perdurable.
No queremos dejar de mostrar nuestra gratitud hacia los editores, los libreros y los anunciantes, cómplices de esta aventura y aliados en la tarea de mediar, de acuerdo con la función primera de sus respectivos oficios y de cualquier publicación que tenga como objetivo la difusión de la literatura, entre los escritores y los lectores. A estos últimos, sin los que la labor de los mencionados profesionales no tendría sentido, y desde luego a los autores, que en tiempos difíciles para la creación siguen afanándose para ofrecernos el fruto de su reflexión o de su inventiva, les manifestamos nuestro compromiso que responde a una manera rigurosa y exigente de concebir el trabajo, pero también a una cierta forma, compartida por todos los amantes de los libros, de entender la vida.