Miedos contemporáneos
Hot sur
Laura Restrepo
Planeta
560 páginas | 21, 50 euros
Restrepo utiliza una técnica coral, en la que una tal Wendy Mellons, el manuscrito de una reclusa (la colombiana de nombre figurado, María Paz), la entrevista a un padre (Ian Rose) que ha perdido a su hijo en un extraño accidente de motocicleta, el propio cuaderno de este hijo (novelista gráfico y profesor de taller de escritura en la prisión estatal de Manninpox, donde la mujer colombiana cumple injusta condena por el asesinato de su marido policía)…, irán sumando líneas de fuerza (reconstructiva de los hechos) en beneficio de una narración pausada, larga (560 páginas) y alambicada. Ian Rose, el “padre-coraje” (ingeniero retirado, casi ya un ermitaño), a partir de la llegada de un misterioso paquete postal, tomará las riendas de una investigación en la que no faltan selectos bufetes de abogados, testigos por visitar o peligros que enfrentar. Esencial resulta en el texto el asunto del miedo y la preocupación desmesurada por la seguridad —estatal o privada—. La penitenciaría se describe como toda una fortaleza en medio de un cerrado bosque, donde se trata de reducir al máximo la identidad (y el consiguiente peligro) de unas mujeres que odian a sus carceleros tanto como ellos las detestan. Las casas de los alrededores se procuran alambradas, perros y sistemas de alarma. El enemigo está dentro, tal vez incluso entre el servicio doméstico. Es un texto de su tiempo, en el que no faltan referencias a filósofos como Žižek, Sloterdijk, Heidegger o Walter Benjamin, mezclados con iconos de nuestra época como Shakira, Doctor House, Agassi, Viggo Mortensen, Kate Moss o Antonio Banderas. El conjunto tiene un aire de novela norteamericana y no solo por la ambientación de la historia o porque la autora resida entre México y Estados Unidos. Aunque a veces se acerca a los registros de su compatriota, también bogotano, Mario Mendoza. Hay parecidos también con otro colombiano, Jorge Franco, en el retrato de esas mujeres de campo que tratan de mejorar su situación y la de su prole, salir adelante dejando atrás su pasado y sus raíces. Trama y talento para la ambientación de una novela que persigue sobre todo la comunicación con sus lectores mediante ingredientes policiaco-criminales y la denuncia de los males del mundo en el que vivimos: racismo, problemas de los sin papeles, limbos legales, abusos de poder, redes de tráfico de armas. Tomar partido por el otro (ponerse en su lugar), o por el contrario, demonizarlo (y temer hasta el auge de su idioma), parece el dilema de esta novela acerca del dolor humano, los sueños rotos, la miseria o la falta de oportunidades.