Jorge Zepeda Patterson, Premio Planeta 2014
“Los ciudadanos debemos impedir que la política se transforme en la ‘cosa nostra’ de las élites”
Jorge Zepeda Patterson ( Mazatlán 1952) es periodista y analista político mexicano. En 2009 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo de México por su trayectoria y es autor de varios ensayos y novelas como Los suspirantes, Los intocables y Los corruptores. Con Milena o el fémur más bello del mundo, una historia sobre corrupción y supervivencia, acaba de ganar el Premio Planeta 2014.−Su novela denuncia la esclavitud sexual y explora la capacidad del ser humano para sobrevivir en los límites. ¿Para lograrlo hace falta conocer el talón de Aquiles del enemigo como hace Milena?
−Sin duda. Entender la sustancia de la que estamos hechos es fundamental para enfrentar los demonios y mantenerlos a buen recaudo. No sólo se trata del talón de Aquiles del adversario o del verdugo y de encontrar sus secretos para utilizarlos a nuestro favor, también es importante conocer las reservas de dignidad y fortaleza que anidan en cada uno de nosotros.
−La protagonista representa también una paradoja porque huye de la pobreza para que su fémur no sea la espada de una infancia pobre y es la belleza de su fémur la que la convierte en víctima.
−En cierta forma todos somos víctimas de las paradojas de la vida. Milena es dotada por la naturaleza de una belleza sobrecogedora que a priori puede alejarla de la miseria y justamente esa misma belleza es su condena y su tragedia. Cuando vemos el pasado del que partimos nos damos cuenta de que en muchas ocasiones los demonios trasmutaron en ángeles y viceversa. En ocasiones, los momentos más duros se convirtieron en oportunidades y los paraísos aparentes en infiernos.
−En su anterior libro, Los corruptores, los protagonistas eran los Azules. Unos amigos que son una especie de justicieros con un lado oculto en sus afectos e intereses. ¿Una manera de abordar la ambigüedad moral?
−Es una de las tensiones que recorre el libro. ¿Combatir a los grandes males del mundo, enfrentar a los villanos, requiere curarnos de toda ingenuidad y supone hacer a un lado los pruritos éticos? Jaime, unos de los Azules diría que sí y Amelia sostendría lo contrario. La novela se debate entre los dos dilemas. En un momento se dice que combatir la podredumbre requiere métodos categóricos y estrategias fuertes. La ambigüedad moral está inscrita en todos los pliegues de la vida personal y en la cultura diaria. Un tema que todos debemos encarar a cada instante.
−¿Cómo han ido creciendo en ambas novelas estos personajes que contribuyen a ir descifrando a Milena? ¿Tiene prevista su evolución en una tercera parte de esta saga?
−Los cuatro Azules ofrecen la posibilidad de contar una historia de manera coral. La misma trama vista desde atalayas diferentes. En el fondo esto permite que una historia se convierta en muchas porque Jaime, Tomás, Amelia y Mario son muy distintos entre sí, pese a las vivencias compartidas. A la postre cada lector encontrará más próximo a sí mismo a alguno de los personajes, lo cual favorece una multiplicación de relatos dentro de la novela. Y sí, habrá una tercera novela que mantendrá el pulso entre estas cuatro visiones, ampliada ahora con la de la propia Milena, a quien no pienso dejar en la siguiente entrega.
−Milena escribe un diario con las razones de los hombres que pagan por ella. Una crítica a cómo justificamos comportamientos inmorales.
−Este es uno de los beneficios paralelos de esta novela. La exhibición de las justificaciones que a lo largo de la historia los hombres se han dado a sí mismos para acometer algo que, bien mirado, no deja de ser una abominación si consideraramos que en lugar de una extraña la mujer comprada por un rato pudiera ser una hermana o una hija. Y entonces sí, toda la perspectiva cambia.
−¿Ha elegido también la prostitución como una metáfora de otras mercancías como la droga, el dinero, la política, sujetas igualmente a un mercado negro?
−En efecto, la prostitución es una metáfora que abarca y define varias aristas de la condición humana. Aunque la modalidad de prostitución que aquí abordo, la esclavitud sexual, es decir la forma más feroz y degradante de la prostitución, es aún más brutal para con las víctimas. De ahí la grandeza de Milena, capaz de seguir luchando y de mantener la dignidad, pese a la violencia de sus raptores, a la subasta de su belleza, a la explotación de la que es objeto.
−Usted habla de Marbella como una Babel mediterránea creada por Gil. ¿La ciudad producto de una cultura de la corrupción y de las mafias?
−Gil es el producto de un entorno, de una cultura que suele brotar en sitios de placer, de lujo y dispendio en el que las mafias hacen negocio a través de ejecutivos, de lavadores de dinero, de personajes que sustituyeron al empresario original. Con variantes, los Gil pueden encontrarse en Cancún, en Punta del Este o en Las Vegas. Gil es una resultante pero también un factor que profundizó las tendencias que lo produjeron a él mismo.
«Los mercados globales también han internacionalizado el crimen, el desmoronamiento de los códigos éticos, la imposición de una cultura del éxito rápido al margen de cualquier identidad comunitaria o sentimiento de solidaridad“−¿Por qué considera que permanece incólume esa sociedad B?
−La globalización ha acentuado algunas de las peores tendencias regionales. Lejos de constituir una influencia modernizante y capaz de liquidar costumbres anacrónicas, los mercados globales también han internacionalizado el crimen, el desmoronamiento de los códigos éticos, la imposición de un consumismo y una cultura del éxito rápido que ha extendido la corrupción a todos los ámbitos, al margen de cualquier identidad comunitaria o sentimiento de solidaridad.
−¿Cree usted que la política es un thriller?
−La política hoy es eso que hacen los políticos y puede ser una infamia si lo dejamos a su exclusiva incumbencia. Los ciudadanos debemos participar e impedir que la política se transforme en la cosa nostra de las élites. Convertir los asuntos que atañen a todos en una conversación pública es lo único que nos salva de la mezquindad de los poderosos. Entonces sí que se convertiría en un thriller apasionante.
−Uno de los personajes dice que la crisis de los medios de comunicación ha provocado un canibalismo en el que sólo los mediocres sobreviven. ¿El periodismo ha dejado de ser un oficio rebelde con rigor y talento?
−Las nuevas plataformas digitales, la blogosfera, han modificado la manera en que se consume la información. El mercado ya no quiere pagar por las noticias, pues estas se han convertido en un commodity gratuito. El resultado ha sido una caída brutal en las economías de los medios de información y, por ende, en la remuneración de los periodistas. Los más talentosos emigran y se transforman. Inevitablemente las redacciones de los diarios y los noticieros de radio y televisión se han empobrecido. Pero en última instancia los periodistas valientes y congruentes constituyen una legión. Basta ver las coberturas en Siria o en Afganistán en estos momentos. En buena parte del planeta ejercer el periodismo es asumir un riesgo. Y en el resto, incluso sin afrontar la barbarie, sigue siendo una profesión sacrificada, esforzada.
−También señala que los periodistas se han convertido en una subclase de la clase política y defiende la literatura como el único instrumento más preciso para iluminar las zonas oscuras del poder.
−Durante mucho tiempo los periodistas han estado obsesionados con los poderosos. En cierta forma su quehacer ha estado dirigido a ellos y para ellos. Una manera de subsanar esta distorsión es reorientar el ejercicio periodístico al hombre y a la mujer de la calle, cosa que han hecho los mejores medios de comunicación, pero no todos. Siempre me ha interesado conocer los resortes internos del poder y exhibirlos a la opinión pública. La ficción permite abordar las zonas más oscuras y entenderlas mejor.
−El amor es otro de los temas que aparece en la novela y que incluso va cobrando importancia conforme avanza la trama.
−El amor y la búsqueda del amor, es en ocasiones lo único que nos salva de la desesperanza, de la mezquindad, de los profundos abismos del narcisismo. Desde luego entraña riesgos y deja al corazón expuesto en carne viva. Pero eso es mucho mejor que andar por la vida con un corazón muerto. Milena es la historia de la una mujer que creyó tener los sentimientos aniquilados y descubrió que en los rescoldos del fuego apagado permanecía la única posibilidad de rescatarse.