Las detonaciones del amor y otras sombras
Los soldados
Pablo Aranda
El Aleph
176 páginas | 17 euros
El autor nos presenta un mundo lleno de tensiones y de equívocos; un universo que habrá que ir recomponiendo, y en el que van a intervenir otros personajes: la citada Isabel, que regresa con la extraña obsesión de devolver una moto; Carmen, la hermana de Fran y del desaparecido Óscar; Alfonso, el cabo; el policía Manuel Lozano. Por distintas razones, la mayoría de los personajes habrán de desplazarse a Bilbao, que es “el centro del mundo”. No insistiré más en el argumento porque esta novela de criaturas y de introspección psicológica también es una narración de intriga y a la vez policíaca. De títeres que no saben que lo son. Los soldados es, quizá más que nada, una novela de amor y desamor, de encuentros y de desencuentros, de amistad y de segundas oportunidades, con el terrorismo como telón de fondo o coartada. Le dice Óscar a su madre, tras cruzarse con Begoña, la mujer-ángel: “Quiero desconectar, empezar. Encarrilarme, mamá”. De ahí el título: los personajes viven en pleno desarraigo, van de aquí para allá presas de sus afectos que penden de un hilo, son víctimas de un drama que no alcanzan a entrever. Son combatientes, ante sí mismos y en el espejo, y ante los demás, son soldados que pugnan por sobrevivir y por resistir. Y hallan el clavo ardiendo en “esta contradicción que supone el amor, esta fe”.
Pablo Aranda conoce su oficio. Los diálogos rápidos y sólidos conviven con las descripciones y el flujo de conciencia. Aranda sabe lo que quiere: una historia intensa y poderosa, que se expande con lugares sombríos, con ilusiones e incluso con romanticismo, como podría suceder en la historia de Carmen y Alfonso. La búsqueda de estabilidad, o de un lugar propio, convive con el desgarro y el crimen en un libro cargado de detonaciones.