Maestro de vida
El mundo mago. Cómo vivir con Antonio Machado
Elena Medel
Ariel
245 páginas | 17, 90 euros
Antonio Machado es quizás la presencia más constante en las letras españolas desde la guerra civil. Su huella va mucho más allá de la incesante mención de su nombre o de la influencia de su obra. El hilo de su indesmayable recuerdo traza con exactitud la historia cultural de nuestro país en el laberinto de posguerra hasta hoy. Primero fue el poeta rescatado, el buen hombre confundido por los cantos de sirena republicanos, de Dionisio Ridruejo y los falangistas. Luego el poeta cívico convertido en bandera por la joven resistencia antifranquista en los años 50 y 60. Más tarde, el causante de la desgracia de que nuestra poesía anduviera por los cerros de Úbeda, según la maliciosa alusión del novísimo Guillermo Carnero. Y después, la persona ejemplar y el poeta emocionante que siempre ofrece reflexiones sencillas y profundas.
Tan asendereada trayectoria no ha causado la menor fatiga y Machado sigue actualísimo también en los escritores treintañeros. Veo anunciado un viaje emocional a Collioure, Camposanto en Collioure, de Miguel Barrero. Y vida y obra revisita Elena Medel en Cómo vivir con Antonio Machado. Aunque sea éste, creo, un trabajo de encargo, el que lo acometa una de las voces más notables de nuestra joven lírica da sobrada señal de la vigencia del poeta sevillano. Medel lee a Machado desde una subjetividad absoluta, desde lo que dicen sus obras a alguien hoy, libre de los fórceps con que durante mucho tiempo se alumbró su sentido. No quiere ello decir que la poeta cordobesa lleve a cabo una aproximación adanista, sino que se socorre de información previa solo en la medida en que lo requiera su acercamiento íntimo al poeta. De ahí que haya un flanco débil en su libro: maneja ediciones beneméritas pero superadas, y cuando se refiere a la novelista Ángeles Vicente tendría que haber mencionado a la profesora Ángela Ena, que la descubrió no hace mucho para el gran público.
Estos detalles se deben a que Elena Medel no compite en el terreno de la erudición ni de la filología. Lo suyo es una aproximación admirativa al poeta sevillano y a sus textos abordándolo a través de las relaciones de Machado con la poesía, los sueños o la fe; sus posturas acerca de la educación o el compromiso; sus vínculos familiares y sentimentales. El Machado poliédrico que sale tiene una unitaria dimensión de compañero vital del lector, de “poeta de vida” en quien reconoce sus propias vivencias. Medel hace largas paráfrasis de los textos machadianos subordinadas a contar su relación privada con el poeta y establece un nexo especular de su existencia con la de Machado. La visión del mundo del sevillano le sirve de guía moral y estética, y ello lo expone en un tono apasionadamente confesional en un conmovido homenaje íntimo lleno de apreciaciones personales, no pocas en demasía subjetivas, al viejo maestro.