Un viaje por el feminismo
Mi vida en la carretera
Gloria Steinem
Trad. Regina López Muñoz
Alpha Decay
352 páginas | 23,90 euros
El año pasado fue pródigo en la publicación de obras que reivindican un movimiento social con décadas de tradición y temblor: el feminismo. ¿Qué está sucediendo para que generaciones diversas se estén apuntando a este nuevo fenómeno llamado Feminismo 2.0? Entre todas esas obras de nacionalidad y género literario diversos, destaca por su vehemente escritura Mi vida en la carretera, de la activista Gloria Steinem.
Fragmentada en siete episodios y un epílogo que basculan entre la intimidad familiar y la política, esta obra apela a un lector — fundamentalmente femenino— que se internará en la América más profunda para ser testigo de las peripecias vitales de una mujer que todavía hoy, a sus 82 años, sigue encarnando una perspectiva insólita de una teoría feminista que en la década de los años setenta gozó de un extraordinario repunte social. El libro denuncia aspectos básicos como la violencia doméstica, la sexual, la capacidad de las mujeres para controlar su futuro, para tener hijos o, simplemente, para utilizar su cerebro.
A través del viaje como hilo conductor, Steinem aborda cuestiones esenciales de su modo de comprender la feminidad. La poética de la carretera que despliega en el libro remite directamente a otra de las mujeres que Steinem leyó: Edith Wharton. Ambas, con casi un siglo de diferencia, supieron comprender que para conquistar la emancipación completa, una mujer no necesitaba tanto una habitación propia como propugnaba Virginia Woolf, sino un automóvil propio. Del mismo modo que sucedió con Wharton, Steinem no sabía conducir (“¿Cómo escribir un libro sobre mis viajes cuando no tengo coche ni carné de conducir?”). Eso le hizo conectar con otro tipo de saber menos teórico y más orgánico, personificado en los célebres taxistas de Nueva York que “pueden ser portadores de mitos modernos”. El relato está a medio camino entre una road movie, un diario íntimo y unas memorias políticas. Un texto atravesado, en cualquier caso, por anécdotas suculentas de raigambre netamente oral que dotan al libro de un ritmo notable. El episodio dedicado a la política es, tal vez, el de mayor impenetrabilidad. Gloria Steinem lleva participando en campañas políticas desde el año 1968. En las elecciones que enfrentaron a Obama con Hillary Clinton, la activista optó por apoyar a ésta. Uno de los episodios del libro está dedicado a ella y a la trastienda de este gran espectáculo que es la política norteamericana.
La escritura vibrante de Steinem logra contagiar el activismo que lleva practicando décadas. Este trasvase de la acción a la reflexión (a la literatura) constituye el broche perfecto a una carrera profesional dedicada, entre otras cosas, a trasmitir un sencillo mensaje que todavía hoy se atraganta en determinados círculos: que feminismo y machismo no son equivalentes. Que el primero no implica ir en contra de los hombres, sino sencillamente apostar por la igualdad entre géneros.