Escombro y resplandor de la vida
Elegías y meditaciones
José Infante
Vitruvio
182 páginas | 11 euros
Si hay un poeta más radicalmente fiel a sí mismo hasta el punto de hacer de la poesía y de la vida dos astros en conjunción, es José Infante, perteneciente a la Generación del 70, pero de difícil adscripción a grupo alguno si nos atenemos a su rigor a la hora de transformar la lengua en pulso y respiración de la propia existencia. Ejemplo de lo que decimos es la antología Elegías y meditaciones. En ella se reúnen poemas de trece libros, entre los que se encuentran títulos fundamentales como La nieve de su mano; El don de lo invisible; Daños colaterales; El dardo en la llaga y La libertad del desengaño que, por primera vez, se incluye íntegramente.
Pronto se cumplirá medio siglo de creación poética de este autor, con una obra dirigida a “ordenar el caos de su corazón”, en palabras de Infante, horadada por el paso del tiempo, profundamente elegíaca y, por tanto, llena de pérdidas y celebratoria también de algunos momentos en su cielo únicos, y con una puerta siempre abierta a la esperanza, donde existe una tensión de belleza encarnada en un cuerpo joven y una aspiración asimismo a lo absoluto que se traduce en una vena mística, fecundada por San Juan de la Cruz, consistente en el aniquilamiento en el amado. Como en Cernuda, esta poesía está modulada por una lucha entre la realidad y el deseo, y también por un adanismo y una fusión con la naturaleza que la entronca con Aleixandre. A lo que debemos sumar la existencia de una reflexión sintiente, un tono meditativo emparentado con Rilke; la experiencia de que la soledad separa lo que la carne une y una conciencia social generada, como todo en sus poemarios, desde la intimidad.
Poesía sin máscara dotada de una gran desnudez y capacidad de autocrítica, como sucede en su libro El dardo en la llaga, donde desde el amor homosexual desenmascara la vida y la lengua en su búsqueda de la verdad más honda del ser humano. Una verdad confesional que alcanza su máxima expresión en La libertad del desengaño, cuya lectura nos permite esta antología. La mirada interior alcanza en este libro su cota más alta, y como su título indica, el desengaño se corresponde con esa libertad que otorga para el renacimiento cuando existe una pasión vital capaz de construir una biografía nueva sobre las ruinas.
El tema del doble aparece en La libertad del desengaño como catalizador de los deseos y sueños no conquistados por el poeta, que se imagina muerto espiritualmente al fracasar su proyecto vital, de modo que lo no vivido se trasfunde a alguien con su mismo cuerpo y que habita su casa, en el que personifica su esperanza de no llegar a viejo sin memoria. Y hablando de memoria este libro se justificaría con un único poema: el dedicado a su madre enferma de alzheimer, que conduce a José Infante a una reflexión encarnada (todo lo encarna) sobre la desmemoria y el olvido.
Elegías y meditaciones posee un latido tan esencial que nos invita a arrojarnos, a pesar de tanto poso sombrío, en brazos de la vida.