Las lenguas de la literatura
La estirpe de Babel
Ángel Esteban
Verbum
380 páginas | 21,99 euros
La estirpe de Babel es, sobre todo, la novela de un lector. El asunto, como el de todos los grandes relatos, es a la vez simple y muy complejo. Un natural de Babilonia, Palim (y sexto por linaje) por una extraña razón que no viene al caso (quizás por su amor a las lenguas y al lenguaje) alcanza el don de la inmortalidad. Y esta facultad le permite compartir algunos de los “momentos estelares” de los grandes maestros de la literatura universal, desde Homero a Borges. Cada uno de los capítulos, entre los que destacan a mi juicio los dedicados a Moliére, Kafka, Joyce, y sobre todo el dedicado a Faulkner, es un canto de amor a la literatura. La literatura considerada como una actividad sagrada, muy al estilo de Borges, preside todo el periplo de Palim por la historia de la civilización occidental, buscando a sus héroes, los escritores. Porque la novela es también un canto al viaje y al descubrimiento de nuevas culturas, nuevos paisajes y nuevas gentes, que nos traslada desde la antigua Mesopotamia al moderno Nueva York o incluso a la Granada contemporánea de los años ochenta, de la mano de Jorge Luis Borges. La peripecia de Palim no es otra cosa que una metáfora de la globalización, esa inmensa red constituida por la literatura en distintos lugares y en distintas lenguas. La maldición bíblica de Babel se transforma en una bendición para las varias posibilidades de los discursos literarios que, según el autor, no podrían tener tanta riqueza ni tanta originalidad si hubiesen sido escritos en una sola lengua.
Además de ser un texto que nos introduce en las intimidades de los grandes mitos literarios de la tradición universal, tiene un indudable valor didáctico como guía para lectores incipientes o para jóvenes recién atrapados por la pasión de las letras.