Nuestra comedia humana
Los pacientes del doctor García
Almudena Grandes
Tusquets
768 páginas | 26 euros
En estos tiempos de literatura light sorprende el ambicioso proyecto narrativo de Almudena Grandes. Un fresco histórico-literario en el que la autora madrileña se propone retratar toda una época. Esa misión que en cada siglo tiene la buena literatura, la que quizás sirva para entender mejor un tiempo desaparecido. Ahora, con Los pacientes del doctor García, presenta la cuarta entrega de su serie “Episodios de una guerra interminable” en la que con aire galdosiano entrelaza Historia y Literatura para mostrar el paisaje humano de la guerra y la posguerra española.
Auténtico retrato de una época es el que ya ha construido la escritora, pues estos cuatros títulos —y quedan dos— van tomando forma de La comedia humana de Balzac o hasta de Los Rougon-Macquart de Zola con cientos de personajes cuya peripecia sirve como voz y carne de una crónica histórica. Como Balzac, que se propuso recrear la Historia de Francia desde la caída del imperio napoleónico a la Monarquía de Julio, y Zola que lo hizo con el Segundo Imperio, Almudena Grandes ha convertido nuestro pasado reciente en materia novelesca. No renuncia al folletín, en el mejor sentido de la literatura decimonónica, pues con su oficio crea mecanismos narrativos que enganchan al lector. Y nada malo hay en eso cuando detrás hay un proyecto literario tan logrado.
Galdós es la brújula literaria de este magno proyecto, pero en este ciclo de novelas tiene otro referente indudable: los Campos de Max Aub, las entregas del mítico laberinto mágico del gran autor. Max Aub escribió una estremecedora y valiente recreación de un momento histórico que sufrió y que narró desde el exilio. Almudena Grandes lo hace con un distanciamiento biográfico pero con un compromiso de gran intensidad.
Sin duda los trabajos de Almudena Grandes son un afortunado ejercicio narrativo que posee las claves de la buena novela histórica porque consigue esa verosimilitud que solo se alcanza tras un esfuerzo de investigación y rigurosidad. Grandes lleva años devorando libros de aquel tiempo y eso se nota. Solo de esa forma se puede pasear con tanta destreza y normalidad por el pasado. Sin imposturas ni falsificaciones.
Si en Inés y la alegría abordaba la historia de la invasión del valle de Arán en 1944, la lucha de los maquis de la Sierra Sur de Jaén en El lector de Julio Verne y la vida cotidiana de los héroes anónimos del Madrid de la posguerra en Las tres bodas de Manolita, en esta nueva novela su pasión narradora se vuelve aún más desbordante. Los pacientes del doctor García puede que sea el más ambicioso de los cuatro títulos, el más viajero en el espacio y en el tiempo. Aquí aparecen espías en el Madrid de la guerra y la posguerra, el horror del exterminio en los campos nazis, juegos de máscaras y de dobles identidades, la caída de Berlín, el Buenos Aires de Perón y hasta sorprendentes episodios científicos como la labor del médico canadiense Bethune que consiguió salvar la vida de muchos combatientes republicanos gracias a su método para hacer transfusiones de sangre en el frente. Todo eso se cuenta en esta novela-mundo que desvela un capítulo no demasiado conocido: la red clandestina organizada por Clara Stauffer para pasar nazis desde España a Argentina. El resultado es un gran fresco histórico nutrido de literatura que además plantea un beneficioso ejercicio de reflexión para nuestro maniqueísta y absurdo presente: enfrentar al lector con su pasado reciente. La literatura como salvífico remedio contra los males que nos devoran.