Ícaro levanta el vuelo
Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI (Una antología)
José Andújar Almansa (ed.)
Pre-Textos
302 páginas | 25 euros
Consciente de que la improvisación es mala compañera de viaje, José Andújar Almansa empezó a concebir Centros de gravedad en textos como “Paisaje de la poesía española última” (2008), “Poesía última (apuntes del natural)” (2011) y “El signo borrado: poéticas para un nuevo siglo” (2014). Años después aquellas notas —hoy repensadas, crecidas, estructuradas— conforman el prólogo de esta magnífica antología.
Centros de gravedad, no centro de gravedad: el matiz resulta esencial porque evidencia la decisión de elaborar una teoría desde las individualidades, prescindiendo de la fórmula colectiva derivada de la caduca idea de generación. Entonces, ¿qué comparten estos autores o qué motivos hay que justifiquen reunirlos en un volumen construido a base de propuestas intransferibles? Pues uno, pero suficiente: la apuesta por la poesía como herramienta de una expresión artística y personal alejada de las trampas de la retórica y como espacio de interrogación sobre el lenguaje y el hecho poético. Nacidos entre 1971 y 1985, los doce convocados son: Mariano Peyrou, Abraham Gragera, Miriam Reyes, Juan Carlos Abril, Juan Manuel Romero, Rafael Espejo, Carlos Pardo, Antonio Lucas, Josep M. Rodríguez, Erika Martínez, Juan Andrés García Román y Elena Medel.
Siguiendo el modelo de recreación artística formulado por Eugenio Trías, Andújar arma el discurso a partir de Paisaje con la caída de Ícaro, la icónica pieza pintada por Brueghel que ha suscitado el interés de poetas muy dispares entre sí —léanse Auden, Walser, W. C. Williams— y que cinco siglos después de su realización conserva intacto su caudal alegórico. Ese Ícaro alejado del centro óptico del cuadro y semihundido ante la indiferencia de los espectadores, simboliza con escalofriante precisión el papel del poeta en la sociedad contemporánea.
El prólogo es rico en reflexiones de variada naturaleza: el simbolismo de nuevo cuño entendido como forma de mirar el mundo con desconfianza y expectación simultáneas, la absorción de la tradición española e hispanoamericana reinterpretadas y de la extranjera filtrada por las traducciones de escritores de un considerable número de lenguas, la fascinante capacidad para integrar lo exterior con lo interior del poeta, los conceptos de instante y superficie, el poema como objeto no definido alejado de los moldes formales y temáticos habituales, la centralidad de la imagen y la elipsis frente a los vacíos del lenguaje, el ambivalente papel de la ironía en el arte y el engañoso aspecto democrático de Internet respecto a la cultura y la hiperrealidad, entre otros.
Los poemas van precedidos de un breve cuestionario de dos preguntas. La primera es común y se interesa por las relaciones entre la obra de los autores y el panorama de la poesía española reciente; la segunda es variable y se centra en casi todos los casos en un aspecto concreto de las respectivas poéticas.
Centros de gravedad ausculta el corazón de la poesía española del nuevo siglo y lo hace sin aspavientos, prueba de ello es la inclusión de la partícula una en el subtítulo. El electrocardiograma final registra una frecuencia armónica, muy lejos de las arritmias pseudopoéticas que recorren los escenarios virtuales e incluso los reales.
Aunque Vila-Matas asegura que “nunca han existido mapas para nuestros innumerables laberintos”, al menos José Andújar ha encontrado el hilo de Ariadna con el que ayudar al hijo de Dédalo no a conquistar el sol, sino a levantar el vuelo. No hay más camino que desdoblar el centro y aparcar las estériles doctrinas sublimes. Doce nuevos ícaros ya miran al sol sin pestañear. Feliz viaje.