Un hombre que lee vale por dos
Nuestras riquezas. Una librería en Argel
Kaouther Adimi
Trad. Manuel Arranz Lázaro
Libros del Asteroide
192 páginas | 18,95 euros
La escritora franco argelina Kaouther Adimi propone en Nuestras riquezas. Una librería en Argel un revolucionario canto de amor a los libros. Rotundo, emocionante y lúcido. Un engarce entre el pasado y el presente que hilvana realidad y ficción con un doble objetivo: explorar la historia astillada de Argelia y desarrollar el misterio de un oficio que hace posible la existencia de la literatura. Librero: qué hermosa ocupación. Pasamos páginas para asistir a la llegada a un convulso Argel desde París de Edmond Charlot. Veinteañero y a punto de quedarse calvo, pretende poner en pie una librería de préstamo y una editorial. Nada menos. No sabe lo que le espera: conseguir papel y tinta, algo en apariencia tan sencillo, puede llegar a ser una auténtica odisea. Un año después, será una realidad exultante: “Un hombre que lee vale por dos”. Hermoso escaparate.
“Las verdaderas riquezas”, nombre harto elocuente del local que evoca la obra-guía de Jean Giono, parte de la modestia más absoluta para transformarse en un lugar donde se cruzan sueños, talentos y voluntades, y se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras del calibre de Antoine de Saint-Exupéry, Jules Roy y André Gide. Sus fotos están clavadas con chinchetas en el interior. Un puzle de letras que impresionan. Letras mediterráneas como pasión de fondo. Un recién llegado al mundo de las letras tendrá allí su primera oportunidad. No lo conoce nadie. Se llama Albert Camus. En un pequeño escalón se sentaba a corregir sus manuscritos. Pero el universo de los libros no protege, en cualquier caso, de los peligros del mundo. La ficción no se escapa de la realidad. Los nubarrones de violencia se hacen cada vez más densos y Argelia se convierte en un escenario propicio para las explosiones sociales. Todo va a cambiar. Mudanzas en ciernes.
El tiempo une destinos por cruces insospechados. En 2017, Ryad comparte con Charlot la misma edad pero sus intereses son muy distintos. La literatura no va con él. Estudia ingeniería en la capital francesa y lo que menos puede esperar es que le encarguen vaciar una librería en Argel que necesita una buena mano de pintura para que pueda cambiar de actividad y pasar a ser una buñolería. Adimi expone las verdaderas riquezas de la vida (el arte tiene el mismo valor que la amistad) partiendo de tres cauces narrativos: las andanzas literarias de Charlot en forma de diario, las peripecias de Ryad y una crónica precisa del origen de una revolución que dará la libertad a Argelia, y con la que la propia historia de la librería guarda un evidente paralelismo.
Biografía novelada o novela que no necesita ficción, Nuestras riquezas encuaderna emociones desde la mesura con personajes entregados a una humilde heroicidad. Entonces y ahora. Siempre. La resistencia como obligación moral y camino sin retorno. En 1935 y 2017. Los libros como forma de ser más libres. O intentarlo, al menos. La Historia grande que ha conmocionado al mundo está llena de pequeñas historias que buscan las verdaderas riquezas. Nuestra memoria es la suma de nuestras historias, y todas ellas construyen el inmenso andamiaje de una ciudad. Argel: un personaje más. Sus colores y olores, su calma previa a la tormenta, sus calles y casas. La autora borda un tapiz hermoso e intenso de esa ciudad fascinante en tiempos donde la ira está al acecho. Un lugar con sus propias reglas: cuidado porque oponerse a ellas puede ser mortal. Imposible olvidarse de Abdallah, viva memoria de la librería. Imposible dar la espalda a esta declaración de amor a los libros: hoy más necesaria que nunca. Recuerden, subrayen, peleen: un hombre que lee vale por dos.