La vida sin sobresaltos
El cielo según Google
Marta Carnicero
Trad. Pablo Martín Sánchez
Acantilado
144 páginas | 14 euros
Esta nouvelle de apenas 144 páginas dividida en 51 capítulos de corta extensión narra un triángulo vital: el de Júlia García —una traductora y escritora— y Marcel Turull —un profesor de Bachillerato—, una pareja que vive un complicado momento en su relación y que quieren iniciar una nueva etapa adoptando a una niña llamada Naïma. Ella será el tercer vértice de esta primera obra de Carnicero, en la que se percibe un gusto por los conflictos familiares y los microclimas. Se pueden detectar influencias tan poderosas como la de la canadiense Alice Munro o la italiana Natalia Ginzburg. La adopción es el gran eje narrativo de la novela: ¿qué sucede cuando alguien desconocido entra un nuevo hogar? ¿Pueden los padres ensayar o entrenar una buena adopción? ¿Y si todo sale mal? Algunas de estas cuestiones son las que vuelan por esta novela que trata de reconstruir un recuerdo primordial, primigenio: “Un hijo no puede estar pendiente de querer a alguien que se quiere antes a sí mismo y se ampara en sus propias carencias para disculpar ausencias injustificables”, escribe Naïma ya adulta cuando se encuentra ante de la duda de adoptar ella misma junto a su pareja.
Uno de los grandes aciertos de El cielo según Google —un título que, por cierto, hace referencia a esa herramienta de Google Street View que uno de los protagonistas utiliza para ocupar vacíos espaciales y sentimentales— es su tono tranquilo y reposado, esa inflexión precisa que constata que nada pasa pero que todo ocurre. Como decía un verso del malagueño Manuel Alcántara: “Lo de siempre se puso a ser distinto”. Y en esa mutación aparece el dolor y, por supuesto, la vida: “A veces me pregunto, sólo para hacerme daño, qué tipo de persona habría sido si hubiese tenido a mi padre cerca desde el principio”.