Metáfora de tela, texto y red
(h)adas. Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean
Remedios Zafra
Premio Málaga de Ensayo 2012
Páginas de Espuma
284 páginas | 18 euros
Antes de sentarme a escribir en mi ordenador esta reseña sobre (h)adas, el ensayo con el que Remedios Zafra ha conseguido el V Premio Málaga de Ensayo, he preparado un pollo al limón. Describí mi cuerpo desnudo en La lección de anatomía. Los personajes femeninos de mis novelas reniegan de sus funciones asistenciales y a menudo las bautizo con más de un nombre. Intento resignificar los imaginarios culturales y un filtro paródico —incluso parrésico— marca mi aproximación literaria a lo real. Este autobombo es pertinente: nunca había entendido tantas cosas sobre mí, como al leer este originalísimo ensayo que adopta la apariencia polimórfica de una performance y cuya heterogeneidad recuerda a las instalaciones del arte poscontemporáneo…
Zafra fusiona ficción, autobiografía, relato sobre vidas ajenas —Ada Byron, Mary Somerville—, usando significativamente el paratexto, para entregarnos un “ensayo” que remite a la morfología del ciborg, “ficción político-poética, criatura de realidad social (simbólica) y también de ficción (inventada) que actúa como nueva figura de dicción”… El ciborg es referente de un ciberfeminismo que Zafra reivindica en cierta medida. No voy a parafrasear a la autora, primero porque no sería capaz de hacerlo bien, segundo porque toda paráfrasis es una simplificación o tergiversación, tercero porque no creo que las críticas deban dedicarse a parafrasear… Sin embargo, cuando elijo la expresión “en cierta medida”, lo hago porque uno de los logros de este libro tiene que ver con su capacidad simultánea para el entusiasmo y la reticencia: Zafra plantea estrategias creativas —repetición y duelo, reversibilidad, parodia…— para que las máquinas, en lugar de domesticar, constituyan instrumentos de emancipación de la mujer, pero a la vez es consciente de que el discurso liberador de la tecnología lo es solo para las mujeres privilegiadas; o de que internet, además de ofrecer una opción al discurso logocéntrico, también esconde otro tipo de discursos jerarquizados que convierten la democracia de la red en un espejismo. Lo mismo sucede cuando Zafra aborda el prosumo —entre la producción y el consumo, actividades vinculadas con el hágalo usted mismo y sus peligros, así como con las labores domésticas, entre otras—: esta práctica puede ser fuente de solidaridad o vía para que unos pocos, los paladines del capitalismo de rostro amable, se apoderen del monopolio del altruismo en internet.
Justo en el momento en el que el feminismo tira piedras contra su propio tejado cubriéndose de máscaras esencialistas, confusiones entre biología y teología, sinonimia interesada entre la madre y la mujer, neodomesticidades, cup cakes y rentabilizaciones del capital erótico, Zafra habla desde otro lugar: el significado de su propuesta nace de la fusión de una forma de pensar contando, y del contenido, en evolución constante, de ese pensamiento. Ciencia y arte. Metáfora de tela, texto y red como mantra que recorre la enunciación. La explicación creativa de por qué en el nacimiento de los ordenadores está el precedente de los telares o de cómo en la costura o el tecleo —tareas asignadas a las mujeres—, la repetición y la copia pueden quedarse en alienación o ser el primer paso para formas de liberación imaginativa. Las notas a pie de página que Ada Byron elabora para un artículo científico: el texto que se concibe dispersa e hipertextualmente como prefiguración metafórica de una red de naturaleza femenina: la letra pequeña y lo marginal invierten la lógica del sentido de los documentos…
Si aceptan el juego, los códigos novedosos; si se atreven a vivir la experiencia lectora que propone Zafra, no duden de que saldrán centrifugados, transustanciados, incluso con muchas ganas de cambiar el mundo.