Vivir con la verdad
Culpa
Ferdinand von Schirach
Trad. María José Díez Pérez
Salamandra
160 páginas | 14 euros
Bien puede afirmarse que Culpa, de Ferdinand von Schirach, es una segunda parte de Crímenes, el libro basado en experiencias reales con el que este abogado alemán obtuvo un éxito extraordinario. Pero, como primera advertencia, dejemos meridianamente claro que Culpa es un libro que mejora en mucho a su antecesor. Con esta afirmación no pretendo menospreciar Crímenes, una selección de Von Schirach extraída de su experiencia judicial en los tribunales alemanes, sino valorar el gran salto cualitativo que ha experimentado este autor.
Culpa sigue la estela del volumen anterior y nos ofrece quince relatos reales de su extensa carrera judicial como abogado defensor. Violaciones, asesinatos, robos… La casuística que cualquier lector puede imaginar que un jurista se encuentra cada día en el ejercicio de su trabajo, pero tratada con una hondura y fineza que embelesará a quien se sumerja en estas páginas. Von Schirach, que en Crímenes trataba de mostrarnos los meandros del sistema judicial, las dificultades de encontrar esa cosa llamada justicia y que un delincuente no siempre es un malvado ni se siente como tal, se vuelve aquí más aséptico, como si hubiera renunciado a un papel protagonista para convertirse en mero observador. Pero la literatura tiene estas paradojas y, al alejarse, nos proporciona una mirada mucho más incisiva e interesante sobre el alma de esas criaturas que, por diferentes motivos, han delinquido o han sido víctimas del crimen. En Culpa, la literatura parece nacer a pesar de la voluntad del escritor, pues el estilo adquiere mayor fuerza y relevancia cuanto mayor es el interés de renunciar a él. La voluntad de ternura, de comprensión y de piedad que Von Schirach mostraba hacia sus personajes en el libro anterior, en Culpa se traslada hacia el lector y es él quien se asombra por lo complicada que puede llegar a ser la vida. De pronto, un día, sin saber cómo, sin tener ni idea de cómo hemos llegado a esa situación, podemos vernos en el banquillo de los acusados, con un cadáver en nuestra bañera o con una acusación falsa de acoso sexual. Von Schirach mira y cuenta. ¿Qué otra cosa ha de ser escribir? ¿Qué más hemos de pedirle a un literato que el que nos muestre los vericuetos del alma humana para que seamos nosotros quienes juzguemos?
Los tribunales, los casos judiciales, los procesos legales son mecanismos sociales, pero en Culpa, el jurista alemán nos descubre los conflictos íntimos y personales que afectan tanto a las víctimas como a los criminales y que confieren a un libro ese marchamo de calidad que lo aleja del clásico best-seller. El escepticismo del experimentado abogado —ante la ley, ante la justicia— no le salvaguarda del asombro que transmiten sus escuetas historias, la relación más o menos aséptica de estos quince casos reales acerca del comportamiento humano.
Si Culpa bien podría catalogarse de género negro, poco o nada tiene que ver con tantos libros al uso o series televisivas que entretienen nuestras noches y en las que la intriga es el único aliciente. Nada que ver con el género de tribunales. Culpa es una ventana al alma del hombre, a los dramas y hasta los accidentes que pueden esperarnos en cada esquina de nuestra existencia y que nos obligarán a vivir con el remordimiento, con la culpa. Vivir con la verdad, esa cosa tan complicada que nos empeñamos en esquivar pero que a la fuerza hemos de afrontar cuando es nuestra mano la que comete un crimen. Crimen que, Von Schirach lo sabe bien, es siempre consecuencia de la vida. Libro pesimista y hermoso.