De música y viajes
GEOGRAFÍAS | Salzburgo, Viena, Milán, Venecia, Roma, Bayreuth, el Alentejo, Bilbao, Lucerna, Londres, Kuhmo, Pésaro, Glyndebourne, Aix-en-Provence o Munich acogen algunas de las convocatorias más interesantes para el aficionado
En el equipaje de mano de los aficionados a la música siempre existe un huequito privilegiado para el apartado de viajes. No es que actualmente sean una necesidad imperiosa para mantener una posición de conocimiento avanzado. Los tiempos han cambiado mucho en los hábitos de la escucha. Las obras menos divulgadas, o los eventos de más rabiosa actualidad, están al alcance de quien lo desea si maneja con soltura los mecanismos ligados a las tecnologías de la comunicación. Lo que ha crecido en los últimos tiempos es una componente neorromántica, o sentimental, de los viajes musicales. Los discos, las representaciones líricas en directo en los cines o las temporadas de la Filarmónica de Berlín en el televisor de casa están muy bien, pero las citas musicales en recintos o lugares históricos en vivo tienen un valor afectivo incomparable. ¿Quién no tiene mitificadas una ciudad como Salzburgo, una sala de conciertos como la Musikverein de Viena o un teatro de ópera como La Scala de Milán?
Me han pedido que escriba unas recomendaciones sobre viajes relacionados con la música y la verdad es que me han puesto en un aprieto, sobre todo en este año de conmemoraciones tan sonadas como las de los bicentenarios del nacimiento de Verdi y Wagner. ¿Adónde ir? ¿Qué escuchar? Uf. El escritor Franz Werfel, marido de Alma Mahler durante un periodo, desarrolló en La novela de la ópera las idas y vueltas de una relación hipotética entre los dos grandes compositores de ópera del XIX. Todo transcurre en el deseo de un encuentro que no llega a producirse. El primer viaje que les propongo con esta excusa tan de actualidad es, pues, a Venecia, pues allí se desarrolla la novela, murió Wagner y Verdi estrenó un puñado de obras maestras desde Rigoletto a La traviata. Aunque si quieren escuchar un gran Verdi hoy vayan allá donde esté Riccardo Muti, un maestro en estado de gracia en este repertorio de pasiones a flor de piel. En la Ópera de Roma le encontrarán con más facilidad que en otros lugares. Respecto a Wagner lo ideal es escuchar sus óperas de madurez en el teatro de la verde colina de Bayreuth. Para algo está construido según los deseos del compositor. Escuchar allí Parsifal, pongamos por caso, es una experiencia diferente a cualquier otra.
Al margen del terreno operístico me inclino por recomendarles cuatro viajes centrados en la música. El primero de ellos, en torno al festival Terras sem sombra, es al Alentejo portugués, donde se combinan en media docena de poblaciones —desde Grândola y Almodôvar hasta Castro Verde y Santiago do Cacém—, durante los fines de semana de abril a junio, una cuidada selección de conciertos de música sacra en iglesias o lugares artísticos con acciones reivindicativas de corte ecológico, en un curioso equilibrio entre patrimonio artístico, música y defensa del medio ambiente. La segunda cita no se sale de nuestras fronteras. Bilbao celebra el primer fin de semana de marzo la convocatoria Musika-Música, un aluvión de más de cincuenta conciertos durante un fin de semana alrededor de un tema, sea un autor, una época o un determinado movimiento estético. La atmósfera que se crea es excepcional. El tercer destino es Lucerna, una ciudad en el corazón de Suiza, con sus lagos y montañas de postal, donde tiene lugar cada año en agosto y setiembre la mayor concentración de primeras orquestas del planeta, al lado de una atención más que notable a la música de nuestro tiempo. La fusión entre Arte y Naturaleza es absoluta. Y last but not least, los Proms de Londres nos llevan cada verano a un concepto festivo de la música, con un público distendido que disfruta más que juzga, y que por encima de cualquier consideración se divierte con unos conciertos impregnados de calidad, tanto en las referencias clásicas como en las apuestas de vanguardia. Los cuatro lugares se complementan bien con paisajes de diferentes tipos de belleza, bien con ofertas museísticas y gastronómicas nada desdeñables.
Hay muchos más viajes seductores, desde luego: Kuhmo en Finlandia, para los amantes de la música de cámara; Pésaro en Italia para los hedonistas rossinianos; Glyndebourne en el Reino Unido para los que adoran la combinación de ópera y picnic; Aix-en-Provence en Francia o Munich en Alemania para los que valoran por encima de todo la calidad de vida… La música se vive de forma diferente en entornos diferentes a los habituales. Se vive con otra intensidad. Al fin y al cabo es lo que se pretende.