Vidas en tránsito
La vida interior de las plantas de interior
Patricio Pron
Mondadori
144 páginas | 15,90 euros
Cuando uno está solo o perdido, la vida sucede en otra parte. A unos personajes de los cuentos de Patricio Pron les asalta esta desazón. Por eso, intentan huir de sus errores o cicatrizar sus heridas refugiándose en actividades extrañas como la lectura de necrológicas de actrices, mientras esperan en una lavandería a que termine la colada; o la evocación en un aeropuerto de los viajes de ida y vuelta de un amor que se terminó por culpa de la dieta. También lo hacen quedándose con la cartera de un hombre que la olvida en una floristería para imaginar una vida en común o llorando al ver la portada de una revista de decoración en un supermercado, como le ocurre a una mujer que no sabe que su dolor está conectado con otras personas que son eslabones de otras vidas que se cruzan entre sí. Este vínculo invisible, aparentemente insignificante y desconocido para cada una de las partes, conecta extrañamente a un albatros de una isla de basura del Atlántico, entregado a intentar sacar un pez de una botella de zumo, con una yonqui de Ámsterdam a la que entrevista un periodista y con una mujer que tira en un contenedor una peluca rubia.
El puente entre el arte y la vida está lleno de luces pero también de miserias, frustraciones y peajes. A otros personajes de los cuentos de Patricio Pron les asaltan estas certezas. Por eso, los escritores fracasados, los aprendices de escritores y los que obtienen el reconocimiento por una novela premiada, muestran su descreimiento hacia los concursos literarios; se convierten en jurados que buscan justificarse con el hallazgo fortuito de un talento desconocido al que persiguen; rivalizan encarnizadamente a través de libros y blogs o experimentan el vacío y otras sombras que provoca el éxito en la gente que los rodea. En cada una de las piezas, la literatura se convierte en un peculiar personaje que se mira al espejo. También hay, en este espléndido mosaico de historias que Pron pespunta con mirada kafkiana, con una ironía inteligente que remite a Bolaño y con una compasión en ocasiones cercana a la ternura, sorprendentes animales capaces de enjuiciar la filosofía, el comunismo o la pintura del siglo XX. Igual que el caballo prehistórico obsesionado con Empédocles y el perro de Picasso que posó cincuenta y cuatro veces para sus variaciones sobre Las Meninas.
Cada una de estas trece historias, que forman parte de una cadena de acontecimientos diferentes y alejados unos de otros, explora los desgarros emocionales, los tropiezos y la perplejidad de unos personajes que, al igual que las plantas de interior, intentan sobrevivir en medio de condiciones hostiles y de una realidad que les plantea preguntas ante las que no tienen respuesta.