De palabras y malabares
Barbarismos
Andrés Neuman
Páginas de Espuma
136 páginas | 14 euros
No hubo suerte. Superé la definición del crítico (“eunuco falocéntrico”) esperando encontrar resuello en la reseña, que pilla casi al final del alfabeto. Tampoco. Si me apuran, la espera impaciente, mantuvo la respiración igualmente alterada: “Género literario adulador o vengativo, según el estratega”. Intentar hacer otro experimento, que se escape de las estrecheces del género de la crítica literaria o la reseña, queda pues, como la única alternativa para dar respuesta a esta suerte de diccionario febril, de juego de sobremesa (¿se acuerdan del desafío a los contrincantes de la familia con falsas definiciones sacadas del diccionario que las hicieran confundir con la verdadera?), de malabarismo lingüístico, de libro de microrrelatos. Podrían ser muchas más las definiciones que sirvieran para dar nombre a Barbarismos, el ejercicio para verboadictos que plantea, a modo de pasatiempo decimonónico. Andrés Neuman tiene acostumbrados a sus lectores a estos arrebatos de brillantez literaria sin ningún otro propósito que la mera contemplación del lenguaje y su manejo como una materia dúctil, imprescindible para agilizar el pensamiento y en ocasiones capaz de ofrecer mejores respuestas al hombre que un diccionario convencional.
Ácrata, imprudente y agudísimo, absolutamente heterodoxo, Barbarismos está, sin embargo, planteado al uso: por orden alfabético, definiciones sintéticas y una o más acepciones según el vocablo. La revolución va por dentro. Parece que este escritor de novelas, versos, cuentos y microrrelatos, no ha juntado en un libro una suerte de escrituras fragmentarias al azar con forma de diccionario. Se diría que, con altísimo sentido de la unidad, Neuman ha cumplido la fantasía de escribir en todos los géneros a la vez. Juzguen ustedes mismos si aquí no hay un relato al completo. “Ecuestre: Estatua erigida en honor a un caballo notable. Suele llevar encima el contrapeso de un prócer”. O un aforismo acá: “Fragilidad: fortaleza lúcida”. O altura poética: “Librería: Hogar de paso”. También ambición por novelar: “Libido: energía que puede causar catástrofes cuando se libera; y catástrofes mucho mayores si no se libera”.
Sea cual fuere el género utilizado por Neuman para sus definiciones, tan certeras como delirantes, el tono con el que viste su diccionario, es uniforme. En términos del español de Andalucía, los Barbarismos de Neuman destilan retranca a raudales, que viene a ser el equivalente a sarcasmo por arriba de Despeñaperros: Vean: “Español: idioma que le queda grande a España”; “Derechos de autor: propina con ínfulas de salario” o “Apetito: hambre de clase alta”.
Hay que reconocer que este ejercicio de hermenéutica se ha parecido demasiado a una reseña literaria al uso. Optando pues, por mezclar las vías de la adulación y la venganza, diríase de ‘Barbarismos’: Petulancia literaria, sin miedo a la pedantería y con brillantes resultados, de un autor de talento insoportable.