La Cataluña que se forjó y se forja en castellano
Otra Cataluña. Seis siglos de cultura catalana en castellano
Sergio Vila-Sanjuán
Imago Mundi. Destino
368 páginas | 19,90 euros
Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957) es tan atrevido como conciliador. Es uno de los grandes periodistas culturales de España, dirige el suplemento ‘Culturas’ de La Vanguardia, y un narrador notable, ganador del Premio Nadal. Desde 1997, tras un diálogo sobre libros y lecturas con el expresidente Jordi Pujol, que infravaloró a los autores catalanes en castellano, le daba vueltas a una triple cuestión: “¿La tradición literaria en castellano no era tan buena como la otra? ¿No era tan catalana? ¿Pertenecía a una segunda categoría?”. Para responder a todo ello realiza un viaje en el tiempo, desde la boda de Ramón Berenguer IV y la niña Petronila, en 1150, que “sentó las bases de la Corona de Aragón”, hasta Vila-Matas, Javier Cercas, Ruiz Zafón y Salvador Pániker. Dice Vila-Sanjuán que este libro de más de 300 páginas es una “crónica introductoria” de una rica producción cultural, a partir de dos polos: la creación y la industria.
El libro, resuelto en breves capítulos y un apéndice bibliográfico, está dividido en tres partes: desde 1412 a 1700; de 1701 a 1900, y desde 1901 a 2018, periodo que agrupa ‘Los años intensos (1901-1939)’, ‘Bajo el franquismo’ (1940-1975)’ y ‘Una cultura en democracia (1976-2018)’. No está todo, pero se ofrecen numerosas calas de autores, libros, imprentas, editoriales, periódicos, revistas, etc., y el autor enhebra, a través de muchos protagonistas, los principales hitos y movimientos de seis siglos.
Enrique de Villena, a través de su libro Arte de trovar, sería “la primera aportación sustantiva de Cataluña a la literatura en castellano”. Era un humanista, políglota, con fama de mago y nigromante, “el mayor de los sabios del tiempo presente”, según el Marqués de Santillana. Juan Boscán innovó la lengua y la lírica castellana y mandó editar tres tomos con sus poesías y uno con las de su amigo Garcilaso de la Vega, que le hurtaría la gloria. Entre las damas destaca Estefania de Requesens, autora de unas jugosas cartas íntimas.
Se aborda la importancia de Barcelona en el Quijote, la única ciudad que pisa el caballero, y se recuerda al bandido Roque Guinart. Se cita el caso del sacerdote Balmes, el autor más leído, y se glosan las figuras de los románticos Carlos Aribau, Pablo Piferrer y Milá y Fontanals, que impulsan la Renaixença. Se estudia la importancia de periódicos con el Diario de Barcelona, dirigido por Juan Mañé, y La Vanguardia, con Gaziel a la cabeza, o a autores falangistas como Luys Santa Marina y Félix Ros.
Hay sólidas y plurales visiones contemporáneas, claro. Se palpan las paradojas y las tensiones. Vila-Sanjuán alude a un texto de Jordi Colomer, sobre las dos literaturas en Barcelona, donde constataba que ahora “no se mezclan, no interactúan, no intercambian opiniones. Barcelona está intelectualmente partida en dos”. Y eso, en buena parte, es lo que querría corregir este libro sereno, divulgativo, divertido y a la vez lleno de erudición.