Religiones totalitarias
Democracia, Islam, Nacionalismo
Ignacio Gómez de Liaño
Deliberar
496 páginas | 24 euros
Que Ignacio Gómez de Liaño (Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, 1946) es uno de nuestros intelectuales más brillantes y valiosos es algo que cualquiera conoce. Cursó estudios de Filosofía en la Universidad Complutense (lo que entonces llamábamos Filosofía Pura), pero a lo largo de los años no solo ha ido coleccionando una amplísima obra en el área de su especialidad, sino también en disciplinas limítrofes como la Estética, la Politología y la Historia de las Ideas, además de haber desarrollado una sobresaliente tarea literaria, publicando libros de poesía, narrativa y literatura dramática dotados de un enorme interés. Nadie podría sorprenderse de que una cabeza privilegiada como la de Ignacio haya saltado no pocas veces a la palestra de la actualidad, denunciando las lacras culturales de última hora, derivadas en su inmensa mayoría de ese fenómeno siniestro que conocemos por corrección política y que amenaza con devorar lo más sagrado que tiene el ser humano: el ejercicio de la libertad.
En esa línea, y junto a ensayos tan potentes como el que dedicó hace ya tiempo a La mentira social, Gómez de Liaño ha reunido sus pensamientos en torno a las religiones políticas que han devastado el siglo XX y lo que llevamos del XXI, y han dirigido las flechas de sus dogmas al corazón de la humanidad, amenazando muy seriamente el progreso de la especie con sus idearios impositivos y totalitarios. Es el caso del comunismo, responsable de las peores masacres que padeció el siglo pasado, pero también del nacionalsocialismo y su absurda y perversa política racista, y, desde hace unos años, del populismo —que unas veces supone una simple y burda redefinición del comunismo, y otras enlaza con posiciones fascistas más o menos veladas—, del islamismo y de lo que Ignacio denomina “nacionalismo fraccionario”.
Comienza el libro con un repaso generalista de las religiones políticas contemporáneas, desde el comunismo marxista hasta el Islam, pasando por el fascismo mussoliniano y el nazismo de Hitler. A continuación, se detiene en la figura de Mahoma —son brillantísimas las páginas dedicadas al Profeta y se leen como el más sugerente capítulo de la más entretenida de las novelas—, en el análisis del Corán —del que se habla con la auctoritas de quien se lo ha leído de pe a pa, sin apriorismos de ninguna clase, lo que aumenta la credibilidad de lo expuesto ad hoc por el comentarista— y, por último, aborda de manera clarividente, en un epígrafe muy interesante rotulado “Islam y modernidad”, los abrumadores puntos de coincidencia política que existen entre comunismo, fascismo, nacionalsocialismo e islamismo, pese a la notoria diversidad de sus orígenes.
El nacionalismo fraccionario constituye el tema del siguiente centenar de páginas, considerando ese tipo de nacionalismo como una variante del totalitarismo estudiado en los anteriores capítulos. Recuerda aquí Gómez de Liaño una frase memorable de Hanna Arendt que no me resisto a reproducir, porque da en el clavo de lo que está ocurriendo en alguna región periférica española: “El propósito de la educación totalitaria nunca ha sido infundir convicciones, sino destruir la capacidad para formar alguna”. Es en ese limbo desnortado donde hinca sus raíces el nacionalismo secesionista e impone sus “verdades orgánicas” surgidas de la manipulación y cocinadas a gusto del manipulador a partir de presuntos datos históricos sin contrastar y de mitologías baratas impregnadas de fanatismo.
De la misma manera que María Elvira Roca Barea desmontó en su formidable ensayo Imperiofobia y leyenda negra la manipulación secular que ha venido padeciendo, injustamente, España por el presunto genocidio americano y la crueldad de nuestra Santa Inquisición (no mayor que la ejercida por organismos similares en los países protestantes), Ignacio Gómez de Liaño pone el dedo en la llaga de las amenazas que se ciernen sobre Occidente en la centuria en curso. Y lo hace con rigor, con amenidad y sin ningún tipo de complejos.