Una fascinante clase de lengua
No es lo mismo ostentoso que ostentóreo
José Antonio Pascual
Espasa
240 páginas | 20, 90 euros
Colgar una etiqueta a libro así es tarea imposible. Si no lo consigue el autor, malamente lo puede hacer su agradecido lector. Podría tratarse de un “producto híbrido”, entre la novela y el ensayo. ¿Ha dicho novela? Sí, porque en sus páginas se cruzan “en el papel las vidas de unas cuantas palabras…”. Vale, pero hay que admitir que, sobre todo, “se trata de un ensayo sobre las palabras, o más propiamente, sobre el modo cómo los filólogos nos acercamos a ellas”. En definitiva: un elogio a la Filología, pero “tratando de jugar con el lector y hasta intentando que se divierta mientras lo lee”. Y es que el filólogo es alguien especial que puede encontrar placer incluso en el error. Así pues, fuera jerga especializada, nada de distinciones entre significado y sentido, adiós a lexemas y connotaciones. Menos precisión, vale, pero un acercamiento más fácil a las explicaciones. Un tono didáctico que explora el ADN de las lenguas, investiga la contaminación de las palabras (ya saben, la “irresistible” ascensión de deporte a costa de sport), merodea las cercanías del sufijo (tan dado a los excesos) y regala al lector viajero un laboratorio de campaña donde experimentar. Y aprender. Sin miedo a la evolución necesaria, sin fustigarnos por preferir la rapidez a la reflexión cuando hablamos “en zapatillas”. Un medio para lanzar mejor el mensaje en una botella siempre medio llena: debemos “esmerarnos en el uso de la lengua, tratando de ser creativos al emplearla, no complacernos en quedar anonadados por nuestras inseguridades”. Y qué compañía tan estupenda en ese viaje es el diccionario, pero “solo si lo tomamos como un complemento de la lectura y el diálogo; solo si no hemos perdido el gusto por tratar de hablar bien y nos empeñamos en leer, leer, leer…”. Y una propuesta para quienes acepten estos fascinantes encuentros con la lengua: “toda palabra recuperada es una maravilla”. La clase ha terminado. Empieza el juego.