Diario del búnker
Kevin Brooks
Destino
303 páginas | 15 euros
Linus, un joven de 16 años que dejó las comodidades del hogar que compartía con su padre para vivir en la calle, se encuentra de pronto en un búnker, adonde ha sido llevado por un personaje que se hizo pasar por ciego para engañarlo. Allí piensa que van a pedir rescate por él, pues su padre se ha hecho inmensamente rico con sus ilustraciones. Pero nada encaja. Poco a poco van a ir llegando nuevos personajes para ocupar el resto de las seis habitaciones en las que se divide el lugar, cerrado a cal y canto y con paredes de hormigón. Un lugar inexpugnable, al cual solo se puede acceder por un ascensor que de vez en cuando les aportará provisiones. Provisto de un cuaderno, Linus irá anotando en él casi a diario los leves acontecimientos, las luchas por la comida, los planes que parecen dirigir las acciones de su captor, las peleas, los desánimos, los intentos de huida, y los castigos que les infringe quien parece dueño absoluto del lugar y de la situación.
El diario es una toma de conciencia de sí mismo, de lo que ha sido en la vida cada uno de ellos, especialmente el protagonista, descubridor, muy a su pesar, de lo bueno y lo malo vivido con su padre (y su madre).
Advertimos la lucha padre/hijo, el deseo de libertad, las dudas, los resentimientos, los afectos. La reclusión de seis personas muy diferentes por temperamento, físico y condición (hay una niña pequeña —Jenny— que da muestras de gran valor e inteligencia), en un lugar tan reducido, saca a relucir las pequeñas miserias que todos acumulamos, agrandándolas hasta darles la categoría que no les corresponde.
Con Linus y sus compañeros de cautiverio asistimos a una novela intensa, demoledora, que nos advierte de lo que puede ocurrir en un mundo cerrado, dominado por un dictador dueño absoluto de nuestras vidas, que juega con nosotros por no se sabe qué placer morboso, y termina cansándose de sus víctimas.
Un beso para Osito
Else Holmelund Minarik
Ilus. Maurice Sendak
Kalandraka
32 páginas | 10 euros
En esta ocasión, Osito realiza un precioso dibujo cuyo destino será su propia Abuela. A esta, como suele ocurrir, le encanta la “obra de arte” de su jovencísimo nieto, y le envía un afectuoso beso a su autor. Lo hace con un emisario especial, la Gallina, que a su vez se lo irá pasando a otros personajes para que llegue a su destinatario.
Claro que la cadena se rompe en algún momento, y nos encontramos con interesantes situaciones donde también se manifiesta el afecto.
Libro con deliciosas ilustraciones de un clásico como es Maurice Sendak, destinado a chicos a partir de cinco años.
El capitán Miguel y el misterio de la daga milanesa
Martín Casariego Córdoba
Anaya
208 páginas | 10 euros
El protagonista fue abandonado de pequeño, pero apadrinado por un noble del lugar, ha alcanzado por sus propios méritos el cargo de capitán. Cuando llega a su tierra se encontrará con que un enorme lobo está matando a jóvenes de 14 años (la edad en que se pasa al estado adulto). Solo Miguel había conseguido salvarse del lobo en aquella edad, y ahora será el encargado de localizar y dar muerte al monstruo. La búsqueda del ser fabuloso no lo olvida de la joven Rosalba, a quien dedica poemas de Garcilaso y textos de la Celestina. Hay entre ellos, sin embargo, un abismo de clase, y en aquellos tiempos parecía insalvable. Puesto en acción, el capitán encontrará una daga milanesa en el lugar del último crimen, y la ayuda inestimable de un sueño o visión que le permitirá luchar en igualdad con el lobo.
Su astucia, su tesón, su fuerza y su habilidad con las armas necesitan otra ayuda externa, sobrenatural, muy bien justificada por el autor.
La historia, en la que todo va viento en popa para el protagonista, promete continuación. Pero está completa en sí misma, y atrae a lectores actuales que saben de vampiros, de hombres-lobo, de brujas, aunque muy poco de letras y armas en el Siglo de Oro, y del más allá.