Las aventuras del joven Jules Verne
La isla perdida
Capitán Nemo (Miguel García)
Ilus. Álex Ferreiro y Paco Porres
Destino
256 páginas | 14,95 euros
La aventura empieza con la llegada a Nantes de un globo aerostático. Jules, gran aficionado a todo lo que tenga que ver con el progreso, invita a sus compañeros a visitarlo de madrugada. Todo cambia cuando unos saboteadores sueltan el globo y ellos se alejan de la costa, sin poder evitar que el viento los lleve a una isla misteriosa, donde tendrán que valerse por sí mismos.
Los chicos, convertidos en unos nuevos robinsones, y acaudillados por el ingenioso Jules, buscan la forma de sobrevivir recolectando frutas y pescando, sin saber que tendrán que enfrentarse a unos monos poco salvajes, a un monstruo desconocido, a un elefante y a unos contrabandistas que usan la isla para guardar su alijo. Los jóvenes, ayudados por un náufrago que los ha antecedido en la isla, salen victoriosos, y regresan a Nantes como héroes.
Mi abuelo y yo
Núria Parera
Ilus. Almudena Suárez
Juventud
44 páginas | 14 euros
En este caso el abuelo Simón va escondiendo besos a la niña (podría ser un niño) por todas partes, y ella ha de ir encontrándolos para hacerlos suyos. Es un singular juego del escondite, algo que apasiona a cualquier niño entre los 3 y los 6 años. El beso del abuelo aparecerá en el sitio más insospechado de la casa: debajo de la servilleta, en los vagones del tren de madera, en una barca… A veces es difícil encontrar el lugar donde se esconde el beso, de modo que el abuelo le proporcionará una especie de mapa del tesoro para que siga sus pistas y lo localice.
Cuando el abuelo empiece a olvidarse de cuál es el camino para llegar a casa o qué debe hacer para no atragantarse al comer, todo va a cambiar. Pero la niña encontrará el mejor sustituto en el juego de esconder besos, que ya es un hábito más que saludable.
Ada Goth y el fantasma del ratón
Chris Riddell
Edelvives
224 páginas | 15 euros
El padre piensa que no es necesario ver a la joven, y se contenta con saber por dónde anda, pues la obliga a calzar unas botas grandes y ruidosas que señalan continuamente sus andanzas.
Y de eso va la historia: Ada Goth (un tanto gótica), se entretiene en explorar el palacete, relacionándose con todas las criaturas (extrañas) que por él pululan, incluidos Maltravers (el guardabosque), Emily y William, que la invitan a formar parte del Club del Desván, y el ratón Ismael. Un conjunto de personajes nada convencionales que la motivan en sus investigaciones por la mansión, tanto como la nueva institutriz, Lucy Borgia, con quienes irá resolviendo el misterio de Maltravers.
Intriga, elementos de ultratumba, fantasía, son los temas principales, junto a la soledad, el rechazo paterno y la melancolía que advertimos en el ratón. Pero todo se vence con la amistad (especialmente con Ismael) y la audacia, que permitirán resolver el caso y avanzar en la vida. Seres mitológicos, tanto clásicos como contemporáneos tienen su espacio en la novela invitando a relacionarla también con películas como Mary Poppins. Muchos aciertos que hacen amena la obra, ya convertida en saga con Ada Goth y el festival de Mortilunio.