El azar, la razón y la sinrazón
El amor en el jardín de las fieras
Juan Eslava Galán
Espasa
416 páginas | 19,90 euros
Se considera Juan Eslava Galán “perro viejo” en este oficio de escribir. Quizás por eso, El amor en el jardín de las fieras pueda definirse, según ha expresado su propio autor, como una novela con nazis, pero no “otra novela de nazis”. Esta última entrega del escritor andaluz pretende salirse de los patrones más ajados de puro manoseo editorial, para escribir una novela sobre la Segunda Guerra Mundial que se sitúa a caballo entre la contienda nacional y los albores de la demencia hitleriana para hacer un retrato de la vida aparentemente normal que discurre por debajo de las bombas, las ciudades que siguen iluminando sus calles al caer la noche, abriendo sus bares y saliendo a bailar con la música de fondo de los toques de queda. La vida confundida con la supervivencia.
La historia transcurre concretamente entre Madrid y Berlín; dos ciudades icono de la Europa en descomposición y posterior reconstrucción de la segunda mitad del siglo XX, que el autor describe con minuciosidad: Madrid con los escombros aún calientes tras los últimos ataques, levantando la cabeza a duras penas de una guerra demasiado reciente, sangrienta y fratricida. Berlín como un entorno aún cosmopolita y atravesado por las vanguardias. Un paraíso festivo, tocado por la frivolidad y la gracia del cabaret berlinés donde sexo, alcohol y política se confundían como una forma de escapismo de la realidad.
En medio de esta atmósfera tan fascinante como fugaz, Eslava Galán se mueve con soltura en lo que es su zona literaria de confort desde hace décadas: la historia contemporánea narrada desde el profundo conocimiento pero con evidentes intenciones didácticas. La Historia, con rigor, pero como forma de entretenimiento. Eslava desarrolla hasta dos tramas de amor, un canto a la camaradería surgida en tiempos de guerra, y una historia de espionaje. Alguna escena bélica y muchos pasajes cuajados de humor. Una novela cargada que parte de un hecho histórico de apenas relevancia en las crónicas de la época: la llegada de Himmler a España en octubre de 1940, interesado en visitar las excavaciones de una necrópolis visigótica en la provincia de Segovia. Allí quería bucear en el origen y expansión de la raza aria en nuestro país.
A medio camino entre la novela histórica y la crónica periodística —otro rasgo fundamental de la identidad literaria de Eslava— el jienense dibuja algunos personajes de especial interés literario como Ramón Garriga, corresponsal de la agencia Efe en Berlín que se dedica, con su escepticismo, a servir de contrapunto a la versión oficial de los partes de guerra. Un trabajo cien por cien Eslava que rastrea tres conceptos como el azar, la raza y la sinrazón con ese olfato de “perro viejo”, en una novela concebida con tino y precisión para alimentar el fervor de sus incondicionales lectores.