Brumas del Norte
Saga de Sturlaug el Laborioso
Saga de Ragnar Calzas Peludas
Relato de los hijos de Ragnar
Ed. S. Ibáñez Lluch
Miraguano
320 páginas | 19 euros
Desde que Enrique Bernárdez abrió la veda en castellano de la literatura nórdica antigua, vertiéndola a partir de sus lenguas originales, los hispanohablantes aficionados al Norte y a sus brumosos misterios supimos que podíamos llegar a ser felices. Después de Bernárdez, vinieron otros especialistas en islandés medieval a perpetuar nuestra beatitud como lectores, entre ellos el valenciano Santiago Ibáñez Lluch, que no deja de enriquecer el panorama literario español con sus precisas y preciosas versiones de las llamadas “sagas de los tiempos antiguos” (fornaldarsögur). Su último fruto ha sido este libro, compuesto por la Saga de Sturlaug y la Saga de Ragnar (con el pequeño apéndice que supone el relato de los hechos de armas de sus hijos). Junto con el pionero Bernárdez y ese otro impecable especialista que es Mariano González Campo, Ibáñez Lluch ha inundado la colección “Libros de los Malos Tiempos” de Miraguano de las viejas sagas urdidas por los germanos del norte para recordar la existencia de sus héroes y, de paso, para sentar las bases de la narrativa moderna.
Tanto la Saga de Sturlaug como el Relato de los hijos de Ragnar estaban inéditos hasta la fecha en castellano. En cambio, la versión de Ibáñez de Ragnar Calzas Peludas vio su primera luz en Valencia en 1998 (Ediciones Tilde, colección “Gorgona”, número 3). El bibliófilo obsesivo tal vez pueda encontrar en librerías de lance esa traslación princeps de la saga ragnariana, pero ha de ser consciente de que esta segunda aparición en librerías está mucho más cuidada, ha sido corregida para la ocasión y alberga muchas menos erratas. Como curiosidad, hay que decir que las hazañas de este Ragnar Lodbrok (lodbrok significa “calzas peludas”) se cuentan también en el libro IX de los Gesta Danorum o Historia danesa de Saxo Gramático (siglo XIII), asimismo vertida de su latín original al castellano por Santiago Ibáñez, primero en Tilde (dos volúmenes, 1999) y más tarde en Miraguano (2013). Siguiendo con las curiosidades que apunta el traductor en su documentada introducción, este mismo Ragnar es el protagonista de la tragedia König Regnerus in Dennemarck (1558), del alemán Hans Sachs, y del poema heroico Regnar Lodbrok (1849), del danés Adam Oehlenschläger, y su leyenda inspiró, en mayor o en menor medida a nombres propios de primera línea de las letras francesas como Chateaubriand, Víctor Hugo, Eugenio Sue o Leconte de Lisle. En la célebre película Los vikingos, rodada por Richard Fleischer en 1958, Ernest Borgnine representó el papel de Ragnar, según la reelaboración novelesca de la saga por el prolífico Edison Marshall (The Viking, 1951). Y en España, Ragnar Lodbrok se transformó en Ragnar Logbrodt (sic) en el célebre tebeo El Capitán Trueno, de Víctor Mora y de Ambrós, dando vida al padre adoptivo de la rubia y fogosa Sigrid de Thule, novia eterna del protagonista.
El rótulo de “sagas de los tiempos antiguos”, bajo cuyo marbete se inscriben las de Sturlaug y Ragnar, se debe al nombre colectivo con que aparecen en la edición que el erudito danés Carl Christian Rafn (1795-1864) dedicó en 1829-1830 a treinta obras de extensión variable, pero de temática y ambientación similares. Para su edición se basó, sobre todo, en un viejo manuscrito de mediados del siglo XIV repartido hoy entre la Colección Arnamagneana de Copenhague y la Biblioteca Real de Estocolmo. El título genérico de Rafn hizo fortuna y consagró las sagas contenidas en su edición como un género aparte dentro del conjunto de sagas islandesas medievales. Poco a poco, esas treinta sagas van ocupando su lugar en el catálogo de Ediciones Miraguano merced a los buenos oficios de Santiago Ibáñez Lluch, con quien hemos contraído una deuda de gratitud los adictos a las brumas del recóndito Norte, tan cargado de mitos y leyendas y sagas memorables.