El coro de un mar eterno
Profundo Sur
Juan José Téllez
EDA Libros
220 páginas | 15 euros
Juan José Téllez (Algeciras, 1958) es autor de una sólida y variada obra literaria. Se maneja a la perfección en la poesía, en el relato y en el periodismo, pero tal vez sea en el cuento donde ha ofrecido sus mejores textos. Posee un mundo muy personal, inspirado en el universo gaditano como punto de partida: el mar, el flamenco, los mitos populares, el inagotable laberinto de la memoria. Y ahí regresa de nuevo, con su fluidez habitual y su mirada entre antropológica y generacional, en esta colección de cuentos, Profundo Sur, que propone un viaje en el tiempo desde la Guerra Civil, e incluso antes, como sucede en “El verano del Apocalipsis”, hasta nuestros días de internet y móviles, donde puede suceder que los muertos hablen desde el más allá.
De entrada, en el volumen destaca la atmósfera. La luz, la picaresca, los sueños rotos, las pasiones entrevistas y la idolatría crean una unidad temática. Todos los cuentos transcurren en Cádiz y respiran un aroma de vida popular, de los excesos de la noche, del aprendizaje sentimental. La mayoría exaltan esos instantes de crecimiento y de fabulación en que se fomentan los mitos: asoman Truman Capote y su inquietante prodigalidad con las propinas; se habla de Hemingway, su barco Pilar y un marino de Cádiz llamado Gregorio, que fallecerá tras una tormenta, en un cuento de desengaño sobre la boda de John Lennon y Yoko Ono. El autor habla de ese mundo poblado de películas, de actores, de cines llenos de encanto, donde puede pasar lo mejor y lo peor, de falangistas, de los primeros amores, de apariciones en la playa o de tensiones entre provincias (Sevilla y Cádiz), como sucede en una pieza muy bien resuelta, “Duelo a muerte en la Carrera Oficial”. Juan José Téllez firma piezas magistrales como “El lenguaje de las sábanas”, una historia de amor, soledad y obsesiones de una mujer, Elena Quiroga, que arregla las habitaciones del hotel y contabiliza las pasiones ajenas.
El autor posee un gran oído para el lenguaje popular y el humor, para la paradoja y el equívoco, y ese dominio es otro de los atributos de un volumen que incorpora con sutileza e ingenio la presencia de lo real maravilloso en lo cotidiano, como sucede en “Un coletazo a estribor”. ¿El enigma era una sirena o un delfín?
Profundo Sur es uno de esos libros que superan los peligros del costumbrismo porque, como decía Miguel Torga, Téllez también cree que “lo universal es lo local sin paredes” y lo pone en práctica en esta vibrante gavilla de fábulas, un mosaico inagotable de cultura, personajes y ficciones, azotados por la luz envolvente del Mediterráneo.