La libreta escarlata
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Paul Auster
Trad. Benito Gómez Ibáñez
Seix Barral
960 páginas | 23,90 euros
La vida es una ficción asombrosa, melancólica a veces, novelesca otras, pero sujeta siempre al azar y a la identidad. No hay libro de Paul Auster que no responda a esta poética, el tronco del árbol al que le añade importantes ramas como la intimidad de lo cotidiano, la mitología americana desde la Gran Depresión a la Guerra de Vietnam y su way of life, la influencia del cine, del arte y de la literatura, Brooklyn como territorio mitológico de sus personajes confundidos y de aprehensible humanidad, en busca de sí mismos, consecuencia de sus relaciones con lo inesperado que desmorona sus rutinas. No hay novela, La trilogía de Nueva York, Mr. Vértigo, Leviatán, El palacio de la luna…, que no responda a la excelencia de este cóctel literario, mezclado pero no agitado, en el que el toque preciso de dry es una prosa precisa, meticulosa, sujeta al tiempo interior de la narración detallista, ensimismada a veces y ligera en ocasiones, en la que todas las voces son Auster jugando a esconderse detrás de unas criaturas que se le parecen pero no son él, o sí, o quizás solo se trate de ensoñaciones y cicatrices de la realidad en la que él mismo se considera un personaje.
Es importante saber esto, si no se ha leído a este escritor que no deja de sorprender aunque uno sepa lo que le va a contar —igual que sucede con Woody Allen— para entender mejor que 4 3 2 1 es un collage de todo esto elevado al cubo más uno. Un caleidoscopio Auster que al mover las páginas se descompone en todas las gamas posibles del mismo color de un personaje, Archie Fergurson, cuya vida responde a diferentes decisiones que le influyen moral y sentimentalmente, también en su mirada literaria sobre el azar que pone a prueba la metamorfosis de su vida y la de la Norteamérica del siglo XX.
Todo comienza con un inmigrante judío ruso que cambia el nombre para conquistar un futuro en el que solo logra una buena mujer. Su nieto será ese Fergurson infantil de cada inicio y que será periodista contracultural durante las protestas raciales y admirará a los líderes de los sesenta que estaban cambiando la sociedad americana; un niño prodigio que inventa historias sobre sus zapatos; un rebelde adolescente al que le salvará su amor por los libros y el cine; y un escritor de talento precoz en busca de una gran novela. Tal vez una novela con cuatro pirandellos de un mismo personaje fragmentado en cuatro destinos diferentes, la misma pasión por la escritura para entender el mundo, la sombra aristada de los padres, y la conciencia de que en un momento dado uno tiene que encontrarse exclusivamente en un camino. De la unión de los cuatro, el lector debe decidir quién es Archibal Ferguson, aficionado al beisbol, a las películas de Laurel&Hardy, y cómplice de Amy Schneiderman, en cuatro versiones sobre el amor.
4 3 2 1 es un poderoso canto a la literatura con el que Auster se asoma cervantinamente a sus criaturas, entregado al disfrute de contar —entre el realismo de Carver, su habitual poesía sobre lo cotidiano y lo imprevisto que todo lo sacude— una Mil y unas noches norteamericana que tiene mucho de pintura mural de su país y de himno de la vida como literatura. De paso nos acerca ecos de Borges, de Italo Calvino y de Dickens, sus voces filtradas en el estilo austeriano de crear laberintos con la narración, de jugar con las posibilidades de la existencia normal, y explorar los matices de la ambición, de la amistad y la derrota a través de cada Fergurson. El personaje inolvidable con el que Auster teje una historia Penélope en la que su protagonista es un Odiseo cuyo destino es el telar de una Smith-Corona —alter ego literario de la Olympia del autor— teje y desteje para que antes de llegar a Ítaca aprenda a pensar cómo construimos nuestra vida según las elecciones que tomamos; sobre la identidad con la que la aventuramos desde la infancia y la hacemos real; acerca de qué epitafio pondrán en la página en blanco de nuestra muerte.