Las mil caras de un prócer de Barcelona
El informe Casabona
Sergio Vila-Sanjuán
Destino
283 páginas | 19 euros
Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957) es periodista cultural en La Vanguardia y novelista. Desde hace años, sin prisa pero con constancia y quizá con un plan más general que específico, se ha propuesto ahondar en Barcelona como espacio literario. Su ciudad protagonizó sus dos primeras novelas, Una heredera de Barcelona (2010) y Estaba en el aire (Premio Nadal, 2013), y vuelve a hacerlo ahora en El informe Casabona, una narración polifónica que tiene mucho de indagación periodística en la vida de un personaje fascinante, contradictorio y seductor, y también de mosaico de perspectivas que dibujan un puzle sumamente sugestivo de la élite de Barcelona.
El libro transcurre en la actualidad, su momento culminante es el 22 de abril de 2015 cuando, en la habitual recepción de los monarcas en el Palacio Real, el empresario y mecenas cultural Alejandro Casabona muere de un infarto. Poco antes, había saludado a un periodista conocido, Víctor Balmoral, de La Voz de Barcelona, que podría ser el ‘alter ego’ o el virado en sepia del propio Vila-Sanjuán, como se ve en su famoso desencuentro inicial con Gala Dalí.
Si la muerte, tan inoportuna, llamó la atención, no resultará menos inaudito su testamento: Casabona deja diez millones de euros al Instituto de Estudios Éticos, con una pequeña condición: “ese dinero debe destinarse a un fondo para actividades y estudios que lleve, no su nombre, sino el de Mery Casabona”. Esta mujer, que falleció en 1974, será decisiva en el libro: casi su mcguffin más poderoso. El tema parece fácil, pero la directora Luisa Francà le encarga a Balmoral un informe biográfico de Alejandro Casabona, porque “el Instituto no puede relacionarse bajo ningún concepto con nada que tenga que ver con negocios sucios ni corrupción”.
Así empieza todo. Como tantas veces ha hecho Sergio Vila-Sanjuán, y como está haciendo ahora con la biografía del Baltasar Porcel joven, Víctor Balmoral se zambulle en su tarea, que se desplegará ante el lector de dos formas diferentes y complementarias: una cadena de entrevistas y testimonios (sus dos hijos, sus colaboradores más estrechos, sus tres mujeres, bueno, una de ellas, Berta, la segunda, está muerta, su yerno arquitecto) que perfilan a un hombre de acción, dinámico y ambicioso, con un sexto sentido, apasionado de la vida, de las mujeres y del arte, que llegó a forjar un importante Museo Casabona. La segunda parte, casi una novela dentro de la novela, cuenta un episodio familiar de los Casabona durante la Guerra Civil. El autor es un apasionado de la historia, posee oído y un inventario de casos, reales, familiares o soñados, que le permiten reconstruir episodios espeluznantes, de soledad en la contienda, de espionaje o el crimen de la bella valenciana, de “cabello rubio oxigenado”, Alicia Bisuti. En este relato extenso se agazapaban muchas claves y la novela gana en profundidad vital y sociológica.
¿Redimió el informe de Balmoral a aquel Casabona, que “forma parte de una generación brillante del patriciado catalán, hombres cultos, demócratas y europeístas con éxitos en los negocios”? Eso solo puedo saberse zambulléndose en una historia compleja, con muchos flecos (psicológicos, enigmáticos, sombríos y amorosos), que abarca los temas decisivos de la literatura: el amor, la ambición, el poder, la traición, la enfermedad, la familia y la muerte. Sin aspavientos, con honestidad y una arquitectura narrativa muy elaborada, con algunas vueltas de tuerca, Vila-Sanjuán avanza en su novela de Barcelona y la mejora, entrega tras entrega, con fluidez, dominio y firmeza.