Los pasadizos de la vida
Ritual. Cuentos tardíos
Arthur Machen
Prólogo y traducción de Antonio Iriarte
Reino de Redonda
230 páginas | 21 euros
La fantasía es el vestíbulo que conduce al miedo de lo innominado. Es suficiente con una sombra doméstica provocando un extrañamiento —su reflejo fugaz en un espejo, sus pasos de resbaladizo silencio en una calle o la ambigüedad de una presencia que se presiente a nuestro lado— o con el repentino e inusual comportamiento — como el de una criada analfabeta que improvisa con dominio una lengua desconocida— para que el miedo brote, tome cuerpo y termine provocando el terror. Un vestíbulo que los maestros del género, con el que se englobó a la literatura de lo sobrenatural, transformaron en enigmáticas hermandades como la Hermetic Order the Golden Dawn (Orden Hermética de la Aurora Dorada) compuesta entre otros por William Butler Yeats, Alister Crowley y Arthur Machen, uno de los maestros de los cuentos de terror, admirado por Lovecraft y Borges, por el director de cine Guillermo del Toro y por Javier Marías. No solo lo menciona en Todas las almas y en Negra espalda del tiempo, sino que él mismo es miembro de la Arthur Machen Society, y ha publicado en su Reino de Redonda los últimos cuentos del creador de la leyenda de Los Ángeles de Mons que, según su versión, protegieron al ejército británico en la batalla de Mons durante la Primera Guerra Mundial. Ritual contiene trece excelentes piezas que definen el estilo de este actor, periodista de The Evening News y escritor de ficciones definidas por un misticismo alimentado en el convencimiento de que el mundo de lo real alberga en su penumbra otro universo misterioso y extraño en el que actúan fuerzas malignas, y convencido de la importancia de leyendas del folklore que tienen que ver con sucesos que solo se quieren abordar desde la racionalidad.
En Ritual, Machen mantiene esa poética de que no estamos solos, de que nunca lo hemos estado, y lo avala con el protagonismo de extraños individuos con sus propios lenguajes que entran en relación con nosotros; con el poder de objetos enigmáticos del pasado y con las metamorfosis que estos descubrimientos nos producen, poniéndonos en contacto con un lado oculto de nuestra personalidad.
Cuentos, perfectos en esta dialéctica de lo fantástico y en la incertidumbre que provocan, como “El don de lenguas”, uno de los mejores del libro, donde una criada alemana que cuidó de un erudito anciano habla repentinamente en hebreo, o “Johnny Doble”, en el que un niño aparece en dos sitios a la vez. Destacan igualmente “La omega enaltecida”, un divertimento sobre fantasmas, y “Abrir la puerta”, con una excelente atmósfera que termina indagando en la psicogeografía. Tiene también el volumen el acierto de haber recuperado la mirada periodística de Machen, muy interesado en el arte y en la crítica social de su época como subrayan estupendos relatos como “Fuera del cuadro”, en el que además del espiritismo carga contra el éxito de la mediocridad, en la figura de un periodista que se atreve a ejercer de crítico de una exposición sin tener conocimientos, y otros en los que enjuicia la bestialización del hombre, la futilidad de la guerra, la perversión del materialismo del mundo moderno que ha terminado con la herencia espiritual del hombre, y su incapacidad para admitir el horror.
Lo mejor de Ritual y de Machen, además del perfil del flaneur detectivesco que generalmente protagoniza sus sucesos, es su capacidad fabuladora, propia de la oralidad, y la melodía de seducción del contador de historias que mira a los ojos y sabe en ellos cuando el suspense se aguarda o el enigma ha cazado la atención. Ese contador de historias que azuza la imaginación de sus oyentes y también, por la magia y posibilidad de realidad de los hechos que narra, al lector demorado en los laberintos de sus misterios.