Mujeres que se escriben
Amar tanta belleza
Herminia Luque
Premio Málaga de Novela 2015
Fundación José Manuel Lara
277 páginas | 19 euros
Después de darse a conocer como narradora con Bitácora de Poseidón y El códice purpúreo, así como con el tríptico Al sur de la nada, Herminia Luque (Granada, 1964) consolida su trayectoria y da un notable paso adelante con su última obra, Amar tanta belleza, que se alzó recientemente con el IX Premio Málaga de Novela y ve la luz con el inicio del nuevo curso. Un thriller histórico ambientado en el Madrid de mediados del XVII que supone una clara reivindicación de dos ilustres damas del Siglo de Oro español, María de Zayas y Ana Caro.
La novela engancha en seguida al lector con un enigma: el hallazgo del cadáver de una mujer emparedada entre dos tabiques de una casa particular, que antes de morir bordó en sus ropas esta leyenda terrible: “Mi hermano me puso aquí”. A continuación nos sumerge en la historia de doña Ana, ingenua dama de provincias, sobrina de Rodrigo Caro, que acude desde Sevilla a Madrid para desarrollar su carrera literaria y conocer a la gente de la corte. Allí es acogida por doña María de Zayas, también aficionada a las letras, con quien va descubriendo los principales rincones de la ciudad, sus costumbres, sus renombradas festividades y su muy sugestivo ambiente literario. Un tiempo después, empiezan a llegar anónimos procaces en verso que acusan a María y Ana de ser amantes, sin que nadie logre averiguar su procedencia. La segunda parte revela el amor que sentía María de Zayas por Ana, el mismo que le lleva a investigar las circunstancias de varios turbios sucesos que la narración va encadenando…
Escrita con una prosa que remeda el español del siglo áureo, aunque cuidadosamente adaptada para hacerlo más legible al público contemporáneo, Amar tanta belleza tiene entre sus mejores virtudes el difícil equilibrio de resultar amena y al mismo tiempo “sonar” auténtica, sin adulterar las voces ni acelerar el ritmo como concesión a los lectores más perezosos o distraídos. Rica en detalles, ágil en el ritmo a pesar de que la sencilla trama está convenientemente engrosada, y de una tensión bien sostenida a lo largo de casi 300 páginas, la obra combina muy bien descripciones, diálogos, prosa oficial —impagable el testamento de María de Zayas— y relatos menores dentro del relato principal, lo que pone a prueba la experiencia y habilidad de la autora.
A partir del recurso del manuscrito encontrado, y sin que el desarrollo sea ni mucho menos enrevesado, Herminia Luque logra componer una historia convincente tanto en su resolución como en la ambientación de época, dejando intuir un concienzudo trabajo de documentación, así como una asombrosa familiaridad con el lenguaje del momento, que confieren verosimilitud al relato. De forma paralela a la trama negrocriminal, se brinda una panorámica de la situación de las mujeres escritoras del siglo XVII, con su implícita carga reivindicativa, en cierto modo válida para la actualidad.
De hecho, toda la novela puede leerse como un tributo a esa literatura femenina que ha quedado injustamente confinada a los márgenes de la Historia. Identificar a sus artífices primero, descubrir sus hallazgos y conquistas después, y finalmente reconocer sus méritos, es algo a lo que Amar tanta belleza invita encarecidamente desde el originalísimo ángulo que forman el misterio y la novela de costumbres. No habría sido raro que cualquiera de nuestros varones de la novela histórica hubiera ensayado una fórmula semejante, pero esta vez ha sido una mujer. Una escritora que ya no podremos dejar de tener en cuenta.