Ruido de fondo
Biodiscografías
Iban Zaldua
Páginas de Espuma
221 páginas | 17 euros
Primero sonaron como vinilos y —sobre todo como casetes de los ochenta en su vasco materno—, y ahora Iban Zaldua nos los pasa a la lengua común del Estado para que suenen de ruido de fondo en este puñado de historias con esos materiales de ficción con los que se pone en pie la vida de uno o la del de enfrente.
Reconozco, con egoísmo de lector, y dejando a un lado cuestiones prosaicas, que hubiera estado bien haber acompañado este estupendo hatillo de historias más o menos sentimentales —detrás de cualquier casete fatigado o de cualquier vinilo rayado por el uso siempre hay una chica/o, o un amigo/a— con un cd con algunas músicas de las que suenan en el libro de Zaldua. No ha podido ser. Conformémonos con lo que hay, que no es poco ni mucho menos. A algunos lectores le valdrán esas músicas, otros se pondrán las suyas: los temas de sus cuentos los pone él. Las carátulas de los discos, el rotulador para la envoltura del casete pueden ser diferentes, pero no tanto las historias. Zaldua ha escrito un libro muy generacional, muy atrapado —con excepciones— en los años ochenta, en un paisaje muy reconocible, cuando el conflicto del Norte de los años de plomo, tan presente en muchos de estos relatos: una parte de esa generación, con los que el narrador compartió casetes, vinilos, conciertos en directo, alcoholes, chicas, o están en la cárcel o han cruzado la raya o ya no están, o han cambiado. Y esas músicas los evocan, a estos y a otros, amigos, compañeros, amores que (re)aparecen o se pierden en la niebla del olvido.
Biodiscografías, subtitulado Discos, casetes y demás recuerdos falsos tiene algo de galería de fantasmas, convocados al poner la aguja en el vinilo o al introducir el casete, que tienen la palidez propia del pasado, del recuerdo, y que vagan por un paisaje evocado, y en el que se mezclan, con naturalidad, debates políticos con debates musicales, donde la música contaba o distraía de la verdadera lucha, o distanciaba o se desaconsejaba por inoportuna. Discos de entonces, disputas de entonces. Políticas o íntimas. Títulos de canciones, elepés memorables que son como migas de pan que el narrador sigue para (des)andar un recuerdo personal, una ruptura sentimental, de esas juveniles que duran para toda la vida.
Hay historias, de las políticas o de las íntimas, muy hermosas: ese vinilo regalado con una nota que su autor descubre, tantos años después, que no fue leída o esa otra historia del pasado, con ese fantasma que aparece, una y otra vez, tantos años después, tantos años antes, en diferentes conciertos en el Velódromo de San Sebastián, ese fantasma, esa chica que nunca pudo nacer porque, a lo mejor, un día, en lugar de música, sonó de ruido de fondo el que produce una pistola. En fin de todo hay en este libro, que tan bien suena.