Un refugio de optimismo
La boda de Kate
Marta Rivera de la Cruz
Planeta
400 páginas | 20,90 euros
Sobrevolando los más verdes, burgueses y literaturizados paisajes de la Gran Bretaña de las últimas tres décadas, Marta Rivera de la Cruz cocina a fuego lento una historia optimista —tanto en lo argumental como en lo puramente estilístico—, con personajes a los que la autora imprime un carácter vitalista, y a quienes el paso del tiempo que inexorable va alambicando la vida de las personas, hasta las más sencillas, no ha terminado por ajarles el humor. No en vano La boda de Kate aborda una cuestión tan esperanzadora e ilusionante como es el amor en la madurez, justo porque el romanticismo se tiene por la hoja más caduca de las personas que se acercan al otoño de sus vidas. La protagonista es una mujer educada en la victoriana ciudad de Brighton que ha decidido trasladarse a España para vivir plácidamente sus últimos años junto con dos amigas, lo que recuerda forzosamente una popularísima serie televisiva de los ochenta. El día de su 71 cumpleaños, el hombre del que estuvo enamorada desde los 20, se presenta en su puerta para pedirle matrimonio.
A partir de ahí, la novela de Marta Rivera despliega toda su prosa sencilla —que no simple— para ir relatando, a la manera de las novelas clásicas inglesas —como en una especie de reverso contemporáneo y optimista de Jane Austen—, su amplia gama de recursos estilísticos y personajes, seres cotidianos que invitan a la ternura y que arrancan, casi a cada página, la sonrisa del lector. No es una novela de altas pretensiones, pero su desarrollo dignifica la narrativa de entretenimiento, con un final muy redondo y los giros narrativos precisos para dejarnos con un buen sabor de boca. Cabe predecir, en una época difícil en la que escasean las sonrisas, el nuevo éxito comercial de esta historia de terceras oportunidades, refugio de optimismo y esperanza para las personas a las que ha alcanzado ese término tan atroz que es la tercera edad.