Ángeles en la tierra
Antología poética
Denise Levertov
Trad. Cristina Gámez Fernández y Bernd Dietz
Edición bilingüe
Hiperión
90 páginas | 10 euros
Antes de esta Antología poética, que ofrece al menos una muestra de casi todos sus libros, en España solo conocíamos a Denise Levertov (1923-1997), además de por poemas sueltos en revistas y antologías de poesía norteamericana, por su último poemario, Arenas del pozo (La poesía, señor Hidalgo, 2007, traducción de José Manuel Rodríguez Herrera), que es una prístina reflexión sobre los misterios de la existencia (políticos, religiosos, existenciales) y también una despedida de la vida. Pero solo ahora podemos seguir la entera trayectoria de esta poeta nacida en Inglaterra de padre rabino ortodoxo convertido en clérigo anglicano y madre congregacionalista que le enseñaron desde muy pequeña (fue educada en casa) que toda palabra esconde una revelación y que en toda revelación se esconde Dios. Cuando, después de la Segunda Guerra Mundial, en la que trabajó de enfermera y donde conoció al que sería su marido, emigró a Estados Unidos, aprendió a trasladar esa apetencia de revelaciones, esa necesidad de que el lenguaje le transmitiera la verdad última de sí misma y del mundo, a un verso más ancho y respirable en la estela de un William Carlos Williams o de los poetas adscritos al movimiento Black Mountain (Charles Olson, Robert Creeley o Robert Duncan).
Uno de los poemas más importantes incluidos en este libro, “La escalera de Jacob”, muestra cómo por esa escalera bíblica (reproducida, por cierto, en la portada con un dibujo de Fernando Ferrara) bajan los ángeles batiendo con esfuerzo sus alas al tiempo que un hombre se arrastra hacia arriba hiriéndose sus rodillas en sus afilados peldaños. Es entonces, al cruzarse esos ángeles con ese hombre, cuando “Asciende el poema”, es decir, cuando sucede la poesía, que se aprovecha de esa lucha en tierra de nadie entre lo celestial representado por los ángeles y lo terrenal representado por el hombre para burlar a unos y otros y encontrar su propio camino hacia lo trascendente. Los poemas, viene a sugerir Denise Levertov, tienen que librarse tanto de lo humano como de lo divino, que son dos maneras de coaccionar su libertad y su autonomía intrínsecas, para ser lo que son. En otro poema, “El gato como gato”, se matiza esto un poco más: así como el gato, dice ella, “solo se hace metáfora / si lo fuerzo a ser tal”, de la misma manera la poesía solo sería divina o humana si la forzáramos a ser tal. Sin que los forcemos a ello, un gato no es más que un gato y un poema no es más que un poema, toda una declaración de intenciones para quien a menudo ha sido calificada por sus críticos como trascendentalista o romántica.
Esta antología, tan cuidada por sus sensibles traductores, recoge bastantes de los mejores poemas de Denise Levertov. “Evadido”, por ejemplo, en el que ese que se evade es el cuerpo, dejándolo a uno solo; “Hablándole al dolor”, una honda reflexión sobre el dolor, en el que tenemos que aprender a confiar (y no tratar a patadas como a un perro vagabundo) porque tiene muchas cosas que enseñarnos; o “Denominación errónea”, en el que le reprocha a Leonardo que haya usado su genio para diseñar máquinas de guerra. También se incluyen tres poemas de tema español, “Para Antonio Machado”, “Llave que abre una puerta cordobesa” y “El escultor (homenaje a Chillida)”, que se justifican, sobre todo, como muestra de su interés por nuestra cultura.