El renacimiento de un genio
Obras completas
Félix Francisco Casanova
Edición revisada por Francisco Javier Irazoki
Demipage
702 páginas | 27 euros
A Félix Francisco Casanova habría que leerle siempre con los guantes puestos. Su escritura, frágil y limpia, se revela como la más ferviente apología de una juventud que dura toda la vida. Su prematura muerte a los diecinueve años hizo que este poeta, al que no pocos han llamado ‘El Rimbaud canario’, viera frustrada una trayectoria literaria que se sospechaba imparable. La editorial Demipage recoge ahora en un único libro sus Obras completas, con un apéndice documental sólido y con numerosas fotos e ilustraciones; un compendio que aglutina el talento de Casanova desplegado en todos los géneros posibles: novela, diario, poesía, cuentos…
En el prólogo de Obras completas, Aramburu precisa que no le “parece perjudicial el mito siempre y cuando no eclipse lo esencial, que en este caso es la obra literaria de un genio”. Ese aura de malditismo que tantas concomitancias mantiene con el poeta francés de Iluminaciones, esa muerte en extrañas circunstancias y una estética de bohemio adicto al rock and roll han hecho que su vida y obra hayan sido elevadas pronto a la categoría de mito o leyenda. Pero lo cierto es que Félix Francisco escribía desde los doce años. A los dieciséis obtuvo su primer premio literario. Antes de cumplir diecisiete había publicado su primer libro. En cuarenta y cuatro días escribió la novela El don de Vorace, a comienzos del verano del año 1974. Torrencial, a borbotones, tempestuosa, así es la escritura que este genio practicaba: “Cangrejos crecen de los charcos de mi sangre con ópalos en las cavidades oculares. Berilos y turquesas macizan todos los huecos de la gruta”.
Los poemas de Casanova son, probablemente, los elementos más sustanciales de este libro. Con un estilo libérrimo que no se adapta a ninguna métrica, los versos de Casanova son enormemente sensoriales (“Tensa el pellejo/ de la noche/ el vuelo del pájaro/ antorcha,/ arborece al pie/ del légamo/ como un anciano saúz/ y en el arribo del alba/ no es otra cosa que el sol”). Su pasión por la naturaleza perturbadora y, al mismo tiempo mística, le emparenta con gigantes de la talla de Keats o Whitman. ¿De dónde sacaba este joven superdotado aquellas palabras remotas que ya nadie empleaba? El misterio de Félix Francisco Casanova alcanza también al diario íntimo de 1974 que, bajo el título Yo hubiera o hubiese amado, se incluye también en este volumen. En sus entradas se mezclan con exacto orden de importancia su amor platónico por la joven Cari, las lecturas sublimes de poetas como John Donne o Ungaretti que Félix engulle con fervor y, por supuesto, las composiciones poéticas en las que trabaja.
Todo ello con un estilo único, de pájaro que no sabe que está volando tan alto.