La alegría está a salvo
Y
Andrés Trapiello
Pre-Textos
104 páginas | 16 euros
El escritor va asistiendo en este libro al deshielo de los días con serenidad y algo más importante: con alegría. Una alegría que, cuando llega el otoño, ha sido puesta a salvo porque ha migrado con los pájaros que la encarnan y la simbolizan. Una alegría a salvo, muy especialmente, de las asechanzas de la nada, de la tristeza, de las sombras o de la muerte. Y que se fundamenta en una doble revelación: por un lado, que todo esto (corregir erratas de un libro, escandir versos, asistir al fallecimiento de una mastina, contemplar la campiña o pasear por un jardín) no es más que un ensayo general de una obra que está por estrenarse; y, por otro, que el mundo, encarnado en cada una de sus criaturas, está encantado, es un encantamiento del que la poesía ha de dar cuenta. Por eso el tiempo pasa por estos poemas pero no es elegíaco, melancólico ni fatal. El tiempo de Y pasa sin destruir lo que toca y se marcha sin dejar de existir; es más, pasa iluminando eso que toca, encendiéndolo de magia cotidiana, de reverberaciones y visiones habitables, de flechas que parecen haberse olvidado de la diana a la que estaban destinadas.
Andrés Trapiello, autor de novelas, ensayos y diarios (21 volúmenes hasta la fecha de su monumental Salón de pasos perdidos), ha escrito un libro para orientarse a lo largo de este camino de vuelta (así se titula el primer poema del libro) de su vida que dialoga con el camino de ida del título: esa “y” en la que se convierte la “v” de los dos caminos que se ven desde la terraza de su casa de campo, como explica en la nota inicial. Para hacerlo, para no perderse, ha usado la alegría serena, madura y honda como brújula. Y oropéndolas, lilos, libélulas y agua de un pozo. Un libro feliz que, por suerte, no termina porque nada lo hace.