Lectura engendradora
Voces en Off
Alejandro Céspedes
Amargord
315 páginas | 20 euros
Alejandro Céspedes, una de las voces principales de los ochenta, con una obra amplia y muy reconocida, ha vuelto a realizar un acto de consumación poética con la publicación de Voces en Off, que intensifica el proceso creativo llevado hasta el límite iniciado con Topología de una página en blanco hace cinco años. Ambos libros publicados por Amargord. Voces en Off insiste en la búsqueda del rostro absoluto de la poesía más allá del texto, implicando en ello al lector hasta ser un interlocutor actuante; mantiene el valor de las matemáticas no sólo como conocimiento especulativo, sino como una estructura dotada de un lenguaje revelador de existencia. Asimismo potencia lo espacial y visual, con una integración mayor de las nuevas tecnologías; y también en sus poemas Céspedes imbrica hasta su respiración literatura, filosofía, pintura, música y ciencia, y, sobre todo, introduce la representación escénica, actividad artística bien conocida y practicada por el autor, lo que le permite encarnar voces, preguntas, esperas, tiempos, acción, conflicto, realidad, ficción, verdad, mentira… mediante personajes que dialogan y actúan sin que nunca termine la obra, que trascurre dentro de un espacio tan acotado como universal, pues de indagar la vida humana se trata.
Todo esto no quiere decir que estemos ante una pieza teatral —aclara el autor en su introducción—, “sino que todo escenario genera un espacio simbólico que permite crear un locus para que en él actúen las palabras”; palabras en este libro siempre engendradoras de lo esencial y primario, como sucede con la verdadera poesía, independientemente de la forma que adopte. Y al mismo tiempo incita al lector a ser un protagonista activo en todo lo que intelectual y emocionalmente se genere a través de una escritura abierta, con profundas emanaciones. El también poeta Manuel Martínez Forega habla en su lúcido epílogo, cuya lectura es necesaria, “de un drama lírico porque el libro está estructurado en cinco actos. Un drama y un lirismo —añade— heterodoxos. Una obra lírica inspirada en la Teoría de las catástrofes del matemático francés René Thom”. Para Thom, según explicita Céspedes en la introducción, más que una teoría es un lenguaje que ofrece una manera de enfrentarse a problemas de raíz filosófica con métodos geométricos y científicos, una manera, por ejemplo, y esto es fundamental en Voces en Off, de “repensar la relación entre interior y exterior, entre el pasado y el presente”. Dos dramaturgos, Samuel Beckett y Bertolt Brecht son elementos fundacionales en esta obra. Así Wladimiro y Estragón, personajes de Esperando a Godot, cobran cuerpo y voz en ella con toda su carga de tiempo nutrido por lo que no llega; y Brecht educa la mirada del espectador-lector para que vea el teatro como lo que es, como ficción, aspecto también señalado por Martínez Forega, quien asimismo se refiere a que “el autor se hace presente a través de las acotaciones escénicas y como corifeo; autor que otorga voz a los muertos, conciencia a los títeres, vida a la muerte y carne a los espectros, mientras que él se convierte en una voz oracular: una voz más allá de las Voces”.
Alejandro Céspedes trepanando el lenguaje hasta alumbrar Ser, entrañándose en la forma hasta hacer de la estética, ética, deslimitando el texto (urdimbre de palabras, imágenes y vídeos) hasta la iluminación de lo primigenio, consigue que lector, dentro y fuera del libro, experimente la existencia en todas sus radiaciones temporales y espaciales, cohabite con la muerte y se haga naturaleza con el silencio y lo borrado. En estado de embriaguez sentimental, sensorial e intelectual debe leerse Voces en Off. Tal es su temperatura.