Vertebración de la vida
Pasión y Paisaje. Poesía reunida (1974-2016)
Jacobo Cortines
Vandalia. Fundación José Manuel Lara
401 páginas | 19 euros
La tarea de resumir en unas líneas más de cuarenta años de creación poética de Jacobo Cortines es tan imposible como necesaria. Imposible por inabarcable, y necesaria porque su total vertebración de la vida entraña en su pulso el amor, la muerte, la naturaleza, el paso del tiempo, los espacios más íntimos y familiares, el misterio y la conciencia de los otros; porque no falta tampoco en ella la denuncia y el compromiso. Todo ello transmitido al lector mediante un estado de espíritu a la vez pasional y sereno, al que responde el título de su poesía reunida: Pasión y paisaje. Título que aúna en palabras de Cortines la perturbación, lo instintivo y lo irracional de la pasión, con la claridad, la armonía y serenidad del paisaje. Estado de espíritu manifestado a través de un lenguaje transparente, fecundado por la música y la pintura e inserto en la mejor tradición europea, desde Horacio a Petrarca, según señala el profesor Díez de Revenga, sin que esto vaya en detrimento de su absoluta contemporaneidad.
La tarea de resumir en unas líneas más de cuarenta años de creación poética de Jacobo Cortines es tan imposible como necesaria. Imposible por inabarcable, y necesaria porque su total vertebración de la vida entraña en su pulso el amor, la muerte, la naturaleza, el paso del tiempo, los espacios más íntimos y familiares, el misterio y la conciencia de los otros; porque no falta tampoco en ella la denuncia y el compromiso. Todo ello transmitido al lector mediante un estado de espíritu a la vez pasional y sereno, al que responde el título de su poesía reunida: Pasión y paisaje. Título que aúna en palabras de Cortines la perturbación, lo instintivo y lo irracional de la pasión, con la claridad, la armonía y serenidad del paisaje. Estado de espíritu manifestado a través de un lenguaje transparente, fecundado por la música y la pintura e inserto en la mejor tradición europea, desde Horacio a Petrarca, según señala el profesor Díez de Revenga, sin que esto vaya en detrimento de su absoluta contemporaneidad.
Seis libros de poemas, con obras tan axiales como “Carta de junio y otros poemas”, “Consolaciones” y “Nombre entre nombres”, y la inclusión del texto inédito “Días y trabajos”, forman un organismo vivo que va construyéndose lentamente ante los ojos del lector, con la verdad de quien intenta conocerse y conocer el mundo hasta la médula de todas su luces y sombras, mediante una concepción moral de la escritura generadora de conciencia, en la que el tiempo es un presente absoluto, pues nada de lo vivido deja de respirar en el poeta ni de tener horizonte por muchas que sean las pérdidas. Un organismo vivo que constantemente encuentra en el paisaje la proyección de su memoria más honda, la desnudez de un diálogo sin interferencias y el latido de los que ya no están. Y unido al paisaje, el paseo, que le permite fundirse con él en un pausado acoplamiento de la mirada y del resto de los sentidos, y de este modo llegar a la semilla de su pensamiento y habitar presencias queridas.
El espacio es otra parte fundamental de este ser viviente que es la poesía de Jacobo Cortines, especialmente la casa, ámbito privilegiado para esa ensoñación presente también en su obra, para la construcción de una nueva existencia, para reencontrarse con los ausentes y ser morada del amor, sentimiento fundacional que desborda cualquier límite y que, tanto en su dimensión más íntima como en la colectiva, atraviesa toda la creación de este poeta. Colectiva porque su yo respira siempre a través del pulmón de los otros. En este sentido es impresionante el poema “Europa”, en el que la imagen de una joven bosnia colgada de un árbol se convierte, sin metáfora, en el horror que cabe también en nuestro continente, extensible según avanzamos en su lectura a los desplazados por la guerra y la miseria que encuentran su tumba en el mar. Igualmente estremecedor es el largo poema “Carta de Junio” dirigida a su padre, cuya vida reescribe el poeta con tanta sinceridad y amor que se redime. Y en esta incompleta inmersión en poesía tan rica, aún quisiera señalar otro texto, caudaloso también, “Nombre entre nombres”, porque el nombre es asimismo columna vertebral de la obra de Jacobo Cortines, pues crea lo nombrado, sustancia el origen y el final, amanecen en él los rostros de la niñez y de la muerte, alumbra lugares y florece paz y esperanza.
Esa esperanza que, por encima de todo, destilan los versos de este autor sevillano que ya ocupa el lugar que le corresponde dentro de la mejor poesía española contemporánea.