Jesús Aguado: “Este libro ha sido mi obsesión central de media vida”
Vandalia publica ‘Carta al padre’, el nuevo poemario del autor
La última entrega de Jesús Aguado consta de cuatro partes, dos escritas en prosa poética y dos formadas por poemas, en las que el autor recorre los tantas veces sombríos laberintos de las relaciones paterno-filiales para recrear un territorio lleno de malas hierbas que alguien tiene que limpiar, regenerar, abonar y sembrar con buenas semillas (con buenas palabras) antes de que sea demasiado tarde.
—¿En qué momento de su vida llega este nuevo libro de poemas?
—Un buen momento para mirar hacia atrás (hacia al padre y a todo lo que representa) y para mirar hacia adelante (hacia mi hija, desde la cual he escrito mis dos últimos libros, y todo lo que promete) sin perder el paso ni volverse loco. Cada libro de poemas es una de esas rocas que sobresalen de la corriente gracias a las cuales, de salto en salto, uno puede alcanzar la otra orilla sin ahogarse. Este era especialmente importante para mí: por esta parte del río las aguas bajan bravas y me hacía falta, más que en otros momentos, una base sólida, una piedra fiable, un lugar firme desde el que hacerle frente.
—¿Era una asignatura pendiente analizar la relación padre/hijo? ¿Se trata de un ajuste de cuentas, o no hay rencor?
—Siempre me ha fascinado el abismo y el vértigo que abren, contra sus propios intereses más conservadores, las relaciones institucionalizadas como esta de padre/hijo. La lucha entre las obligaciones que impone la familia o la sociedad y la necesidad de construirse una identidad al margen de ella o, en ocasiones, enfrentándose a ella es un reto ineludible y, en ocasiones, catastrófico. Pero no era ni una asignatura pendiente ni un ajuste de cuentas sino, en todo caso, un asomarse a ese abismo a ver qué.
—Es casi obligado preguntarle cuánto de autobiográfico hay en este libro.
—Hay bastante. Sobre todo en la segunda parte, en la que he contado cosas que me he guardado durante décadas. Un esfuerzo de autoconocimiento y autoexposición sin trampas (sin caer en la moda de la autoficción) que me ha costado mucho.
—¿Le ha servido la poesía para acercarse a un tema tan complejo?
—Me han ayudado la distancia, los amigos, los amores, los viajes, los libros. Y darme cuenta de que este es un conflicto universal, no particular. La escritura, además, es terapéutica y desmitificadora. Este libro ha sido mi obsesión central de media vida.
‘Mi lugar en el mundo’, de Paco Moreno, gana la primera edición del Premio Feel Good
El director general de la Fundación Bancaria la Caixa, Jaume Giró, y el director de Plataforma Editorial, Jordi Nadal, han entregado el Premio Feel Good al cooperante madrileño Paco Moreno, en un acto celebrado en CaixaForum de Madrid, por su obra Mi lugar en el mundo. Giró resaltó que el galardón aspira a ser “un justo reconocimiento a testimonios de vidas generosas y comprometidas al servicio de la convivencia y de quienes más lo necesitan”. En su primera edición se han presentado al certamen 181 novelas de 14 países distintos.Mi lugar en el mundo narra la conmovedora historia de un autor que, a los 29 años, viajó como voluntario por primera vez a Etiopía y, tras comprobar cómo sus gentes morían por desnutrición o por enfermedades que creía erradicadas, abandonó su exitosa carrera como abogado para fundar la ONG Amigos de Silva. El jurado destacó la valentía, la humildad y el compromiso de la obra, “un brillante testimonio de lo que significa ser solidario, y un ejemplo de por qué serlo nos puede hacer felices”. Amigos de Silva, afincada en Afar, la región más caliente del planeta, trabaja en proyectos de cooperación y ayuda humanitaria en el área del agua y la salud. “Estamos trabajando —explicó Moreno— para que tengan agua, para que las niñas puedan por fin ir al colegio; y si hay agua ahí abajo, este va a ser el pozo que les va a cambiar la vida”.