Lola Flores, espectáculo y memoria sentimental de la España contemporánea
El ensayo de Romero Ferrer se sirve de la artista jerezana para analizar la cultura popular y la historia del teatro
El Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2016, que convocan la Fundación Cajasol y la Fundación Lara, ha devuelto a la actualidad a uno de los grandes nombres de la cultura popular española. Evitando la semblanza meramente anecdótica, Alberto Romero Ferrer aborda los orígenes de la artista, vinculados a la brillante escena flamenca de los años treinta, y las sucesivas encarnaciones del personaje desde los inicios hasta la consagración, analizando tanto su evolución como su huella en la memoria sentimental. El itinerario de Lola Flores le sirve para trazar una radiografía sociológica del país, pero también una historia del teatro en la que no dejó de brillar una artista que supo adaptarse a los tiempos sin abandonar su esencia, para convertirse en los últimos años en contradictorio icono de la posmodernidad.Lola Flores ejemplifica, desde la paradoja que suponía su gitanismo de adopción, la fuerza, la garra y el misterio de la cultura flamenca. Romero Ferrer se refiere a cuatro etapas: “En primer lugar, las raíces, desde su nacimiento hasta la guerra, del 23 al 38. Son los años de la Edad de Plata, donde se produce el gran descubrimiento culto del mundo flamenco. El segundo momento es la posguerra propiamente dicha, donde surge la artista de copla y teatro, del 39 al 49. Después viene la estrella internacional de cine, del 50 al 74. La racial Salvaora —una femme fatale en toda regla— se transforma en la aparentemente moderna protagonista del fotocolor: son los años de la Faraona. Y, por último, la Transición y la democracia, del 75 al 95, donde vuelve a reinventarse como un icono pop: ahí quedaban los juicios de Umbral, Terenci Moix, Martín Gaite, Vázquez Montalbán, Villena…”
La impostura, la incorrección, la libertad, dentro y fuera de los escenarios marcan la biografía de Lola Flores, y también sus propios espectáculos, que fueron “la teatralización misma de los mundos oscuros del flamenco. Los temas de ‘La Niña de Fuego’, ‘La Salvaora’ o ‘La Zarzamora’ no dejaban lugar para la duda: una flamenca que rompe con la moral de su tiempo. Pero todo siempre a través de un lenguaje musical y escenográfico lleno de originalidad, frescura y color —falso, claro— que contrastaba con la gris España en blanco y negro de fuera de los escenarios. Unos espectáculos algo tremendistas, camuflados en un cierto lorquismo a lo Julio Romero de Torres que emocional y culturalmente funcionaban muy bien con los públicos más populares”.
Lola Flores y el franquismo, a juicio de Romero Ferrer, “se sirvieron y se engañaron mucho. Creo que es importante el papel que desempeñó en México y toda Hispanoamérica, también en Estados Unidos, como una especie de Mata Hari pero en clave artística dentro de los desesperados intentos del régimen por salir del aislacionismo y la autarquía. Por otro lado, en el orden interno, sus tórridas interpretaciones en Zambra supusieron un punto de fuerte contraste frente a la rígida y pacata moral vigente. Llama la atención que aquello pasara la censura”.
Y tras la Transición, llegó otra etapa marcada por sus provocadoras apariciones en el nuevo medio de la televisión. “Tal vez nos hemos quedado erróneamente con los estereotipos y los clichés de siempre, o con el personaje frívolo, otra impostura más. Pero el tiempo hace justicia. Tras esa Lola Flores está el talento, la inteligencia y el trabajo incansable. En aquellos años el flamenco tenía muy mala reputación en todos los sentidos, también artísticamente. Ella hace suyo aquel mundo y lo lleva a los teatros de toda España. Nada más que por ello, que no es poco, Lola Flores debe considerarse como una figura excepcional en la historia del teatro español del siglo XX”.
La lectura de Santiago Posteguillo abre una nueva edición del Hay Festival Segovia
Hay Festival Segovia 2016 comenzará el viernes 9 de septiembre con la lectura de la última novela de Santiago Posteguillo, La legión perdida. La ciudad castellana acoge la undécima edición de un acontecimiento cultural que cuenta un año más con la colaboración de la Fundación Lara. Los dos actos inaugurales se celebrarán el sábado 17 de septiembre, mientras que el núcleo principal de su programa se desarrollará entre los días 23 y 25 de ese mes y las exposiciones de artes visuales podrán visitarse hasta el 15 de octubre. Las entradas para 31 de sus cerca de 80 eventos están a la venta en www.hayfestival.org/segovia.Este año la programación se proyecta hacia el ritual de la lectura pública, la conversación como espacio de transformación y la celebración del 400 Aniversario de la muerte de Shakespeare, Cervantes y el Inca Garcilaso. Un ambicioso proyecto, El taller de los sueños, desarrolla la arquitectura del deseo con un espíritu renacentista, según ha apuntado la directora Sheila Cremaschi.
Hay Festival Segovia 2016 presentará a figuras nacionales e internacionales de la literatura —John Banville, Juan José Millás, Péter Gárdos, Javier Cercas, Rosa Montero, Santiago Roncangliolo, Antonio Muñoz Molina, Andrés Trapiello, Vicente Molina Foix—, el diseño y la arquitectura —Martha Thorne, RCR Arquitectes, Benedetta Tagliabue, Izaskun Chinchilla, Jacob Benbunan—, la ciencia —Juan Luis Arsuaga—, las artes visuales —Per Barclay— o el periodismo —Javier del Pino, Duncan Campbell, Bieito Rubido, Nativel Preciado, Juan Cruz, Michael Robinson—. Enriquecerán además sus debates filósofos de la talla de Fernando Savater o Javier Gomá, economistas como Guillermo de la Dehesa y jueces como Grande-Marlaska.
Las conversaciones, mesas redondas y talleres están programados en más de doce sedes: IE University, La Alhóndiga, el jardín romeral de San Marcos, la plaza de San Martín, la iglesia de San Nicolás, la capilla del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, el Palacio Quintanar, la huerta de Félix Ortiz o la Cárcel Cinemateca, entre otras. El apartado de artes visuales engloba instalaciones y exposiciones de escultura, diseño, cómic e ilustración, sin olvidar las proyecciones cinematográficas.
Diálogos de Flamenco y Literatura
La Bienal de Sevilla promueve en su edición de este año que el flamenco y las letras se den la mano. Para ello ha puesto en marcha los “Diálogos de Flamenco y Literatura”, que se han celebrado durante el mes de junio en el Espacio Santa Clara, tres veladas en las que reconocidos artistas jondos buscaron claves comunes con figuras literarias. La iniciativa, que surgió de la colaboración entre la Bienal y la Fundación José Manuel Lara, con el apoyo del Centro Andaluz de las Letras y la Casa de los Poetas y las Letras, propuso en su primera cita a dos onubenses, el cantaor Arcángel y el poeta Juan Cobos Wilkins. El siguiente jueves, fue el turno para la bailaora y coreógrafa Eva Yerbabuena y la escritora Nuria Barrios. El último encuentro contó con la presencia de la joven cantaora Rocío Márquez y el veterano escritor sanluqueño Eduardo Mendicutti.