Paloma Sánchez-Garnica, galardonada con el Premio de Novela Fernando Lara
En la imagen superior izquierda, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz; Luis Sáez de Jáuregui, de la Fundación AXA; la autora premiada, Paloma Sánchez-Garnica, que recibió el premio de manos de Consuelo García Píriz, patrona de la Fundación José Manuel Lara, junto a la ganadora; el presidente del Parlamento Andaluz, Juan Pablo Durán, y la consejera de Hacienda, María Jesús Montero. A la derecha, José Manuel Lara García, presidente de la Fundación Lara, junto a Juan Espadas. Abajo, patronos de la Fundación AXA, patrocinadora del evento, y las escritoras Nativel Preciado y María Dueñas. Fotos: Luis Serrano.
El Real Alcázar de Sevilla acogió un año más el acto de entrega del Premio de Novela Fernando Lara, que en esta ocasión recayó en Paloma Sánchez-Garnica por Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido. Según explicó la autora, la obra trata de “sagas e historias familiares. Es una novela sobre la liberación que produce el perdón, tanto del que lo pide, como del que lo concede; una novela sobre la conveniencia de contar o callar aquello que ya no se puede cambiar, ese pasado inamovible, cuya verdad únicamente aporta dolor al presente y lastra el futuro. Una novela sobre la capacidad de cambiar el destino en pos de una felicidad a veces esquiva, pero que siempre está ahí para ser perseguida y alcanzada. Puedo decir que es mi novela más personal”.
El jurado hizo público el fallo en el transcurso de una cena que contó con la asistencia de personalidades destacadas del mundo de la cultura y la política andaluzas, entre las que figuraban el presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán; la consejera de Hacienda, María Jesús Montero; el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; Antonio Sanz, delegado del Gobierno en Andalucía; Luis Sáez de Jáuregui, de la Fundación AXA; el presidente de la Fundación José Manuel Lara, José Manuel Lara García, y Consuelo García Píriz, vocal de la Fundación Lara y esposa de José Manuel Lara Bosch, que fue la encargada de entregar el Premio.
“Muchas gracias a la Fundación José Manuel Lara, a la Fundación Axa y al Grupo Planeta por su apoyo a este tipo de iniciativas”, añadió Paloma Sánchez-Garnica al recibir su galardón en un acto en el que también destacó la presencia de los escritores María Dueñas, Nativel Preciado, Felipe Benítez Reyes, Jacobo Cortines, Sara Mesa, Jesús Carrasco, Eva Díaz Pérez, Hipólito G. Navarro, Salvador Gutiérrez Solís, Carmen Camacho, Alfredo Taján o Joaquín Pérez Azaústre, entre otros.
El jurado de esta vigésima primera edición lo integraron los escritores Fernando Delgado y Clara Sánchez, el escritor y miembro de la RAE Pere Gimferrer, Ana María Ruiz-Tagle —en representación de la Fundación AXA, entidad patrocinadora de este galardón literario— y el editor Emili Rosales, secretario con voto. El Premio de Novela Fernando Lara está dotado con ciento veinte mil euros y en esta ocasión se han presentado al mismo un total de 247 novelas, procedentes de España y el extranjero.
En el transcurso de la gala se entregaron, además, los Premios Manuel Alvar de Estudios Humanísticos y Antonio Domínguez Ortiz de Biografías, que conceden la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara. Antonio Pulido, presidente de Cajasol, y Consuelo García Píriz fueron los encargados de entregar los galardones a los autores ganadores: Alberto Romero Ferrer, por el ensayo titulado Lola Flores. Cultura popular, memoria sentimental e historia del espectáculo, y Antonio Rivero Taravillo, por la biografía Cirlot. Ser y no ser de un poeta único.
Cirlot: el asombroso mundo de un autor de culto
Publicada la biografía de Antonio Rivero Taravillo, ganadora del Premio Antonio Domínguez Ortiz 2016
Este año se cumple el centenario del nacimiento de Cirlot, pero el interés de Rivero Taravillo por la figura de su biografiado se remonta muy atrás en el tiempo. “De él sabíamos poco, salvo, vagamente, que era un ser muy complejo, autor de una obra rica y fascinante. En el libro se ven con detalle sus múltiples facetas y se subraya la gran paradoja de que, siendo alguien muy tradicional, fue el más vanguardista de nuestros poetas. A través de cartas espigadas, en su mayor parte inéditas, y de diverso material hasta ahora desconocido, se ofrece una imagen poliédrica de Cirlot, dejando que él se manifieste en su propia voz. Muchos se plantearán: ¿por qué nos han escamoteado a una figura tan rica, al creador de una obra tan subyugante?”, se pregunta el biógrafo.
Pese a su dificultad, el interés por la obra de Cirlot se ha mantenido todos estos años entre sus fieles, que admiran del poeta barcelonés “su cultivo del mito, del símbolo, de lo misterioso. Toca fibras que, adormecidas, él consigue despertar. Por eso hace que el asombro de sus lectores proceda más del reconocimiento que del descubrimiento. A pesar del mundo cada vez más cuadriculado en que vivimos, Cirlot abre un resquicio a la magia. Es autor, por ejemplo, de un verso en el que algunos, al sentir el vértigo del otro, de la otra, se verán totalmente identificados: ‘En mis amores ciegos o videntes’”.
Rivero Taravillo destaca de Cirlot que “siempre estuvo torturado por un conflicto insoluble: sentirse extranjero en el mundo, no formar parte del género humano. Podría parecer un delirio, pero denota una radical soledad. De ahí, su nihilismo, de estirpe gnóstica, y su cercanía a poetas como Blake o Poe. De ahí su insatisfacción y su reacción contra todo. Para escapar necesitó la escritura de poesía como una droga; por eso escribió tanto. Pero también tuvo intereses muy ricos, del esoterismo a la música o la crítica de arte, en la que realizó contribuciones importantes”.
El silencio mediático que ha envuelto la vida y obra de Cirlot hace que aún se produzcan sorpresas, como fue el reciente descubrimiento de la novela que había rechazado la censura en 1950, Nebiros, recuperada ahora por su hija Victoria. “Afortunadamente —indica Rivero Taravillo—, ha habido tiempo de dar noticia de ella en la biografía, porque de hecho contiene no pocos elementos autobiográficos. Aún hay algunos poemas inéditos. Descubrí varios en la Fundación Carlos Edmundo de Ory porque se los había enviado al que fuera su gran amigo. Uno de los que hallé, el muy interesante “Diálogo infinito”, se publicará en una antología de su poesía que aparecerá en el otoño. Un epistolario selecto daría para un volumen estupendo, por los juicios sobre tantos asuntos que emite en sus cartas, muchos de ellos reproducidos en la biografía”.
Su propio trabajo, la recuperación de la novela citada o esa antología prevista, ayudarán sin duda a la mayor difusión de Cirlot, pero “lo importante es que, pasada la efeméride, no caiga en el olvido. Aunque nunca podrá ser un autor de masas, cada vez tiene más lectores entusiastas; en dispersa cofradía hay una escasa y afortunada hueste de hermanos. A él —que se recordaba en la destruida Cartago, en el siglo VIII o en el XI—, la contingencia del tiempo le era ajena. Con todo, creo que tenemos Cirlot para rato”.