Sinatra y España: una relación imposible
Francisco Reyero recrea los viajes del artista norteamericano a nuestro país, marcados por los desencuentros con Ava Gardner
Frank Sinatra estuvo en España repetidamente entre 1950 y 1964, cuando fue obligado a abandonar el país por desacato a la autoridad. Turbio, contradictorio y obsesivo, el cantante llegó por primera vez persiguiendo a Ava Gardner, que rodaba en Tossa de Mar la película Pandora y el holandés errante, y protagonizó a lo largo de estos años multitud de episodios tormentosos. En Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país, publicado por la Fundación José Manuel Lara, el escritor y periodista sevillano Francisco Reyero recupera la crónica de los viajes de Sinatra y traza el retrato de toda una época de la vida española.
—¿Cómo surge su interés por la figura del artista, en concreto por esta etapa?
—Como recuerda el crítico de The New York Times, Stephen Holden, Sinatra fue sucesiva o simultáneamente el frívolo libertino, el feliz trotamundos, el solitario misterioso, el cansado buscador de sensaciones o el conquistador hedonista. A mí me interesa porque cuando llega a España está en el punto más bajo de su carrera, expulsado de los grandes estudios de Hollywood. Hoy, cien años después de su nacimiento, nadie discute su carácter de artista imperecedero. Sinatra me sirve para contar una peripecia personal apasionante en el escenario de un país literario.
—¿Qué método ha seguido para recrear esos años?
—Toda la escritura está basada en la documentación. Hay voces de más de sesenta entrevistados, fondos de Hoboken (el lugar de nacimiento de Sinatra), de Los Ángeles o de la Biblioteca Nacional. El libro tiene una trama, pero el andamiaje lo componen datos históricos o periodísticos: fechas, testimonios de testigos principales que vivieron la época u opiniones rescatadas a través de biografías o recuerdos. El libro atiende a una doble visión: la norteamericana y la de la prensa española, sometida a la censura.
—¿Cómo se gestó la relación de Sinatra con España?
—La magia que proyecta el cine siempre deja en penumbra su aspecto comercial. Al calor de la peripecia de Sinatra el libro cuenta que la llegada masiva de estrellas estaba vinculada a la relación diplomática estable entre Franco y Hollywood. Una relación larvada al calor de intereses compartidos y que ayudaba, por ejemplo, a proyectar el turismo. Sinatra, al contrario que otros actores mucho más solícitos a atender las indicaciones de la dictadura, siempre mantuvo una actitud contestataria.
—Al final, ¿cree que Sinatra se llevó una buena o mala impresión de España?
—Las broncas con Ava, atendiendo al carácter de ambos, se hubieran producido igual en España que en Finlandia. No es que el sol despertara sus enfrentamientos. Pero, al margen de Ava, todas sus visitas tienen un aire de fatalidad. Incluso cuando volvió en 1986 para el concierto en el Bernabéu padeció una mala organización y tuvieron que regalar las entradas para que el estadio no quedara vacío.
—Sin Ava Gardner por estas tierras, ¿todo hubiera sido diferente?
—La prensa española de la época no se atrevía a contar que Sinatra había venido buscando a Ava. En diciembre de 1953, cuando la Metro Goldwyn Mayer había anunciado su separación, ella se escapó a Madrid para celebrar la Navidad y su cumpleaños. Sinatra vino a buscarla y tuvo que compartir noches de juerga con Luis Miguel Dominguín. Las revistas de cine de la época contaban que Sinatra y Ava seguían juntos y ella hablaba como si en España su ruptura no tuviera valor. Él se topó con España por Ava, y luego vino todo lo demás.
—¿Qué tiene Sinatra que no tengan otros grandes artistas?
—Sinatra interpreta los sentimientos del público haciendo creer que son los suyos propios. Cuando canta, por ejemplo, “he sido una marioneta, un pobre, un pirata, un poeta, un peón y un rey”, su personaje es tan amplio, tan vital, que uno se traga que podría ser todos ellos a la vez.
Herminia Luque viaja al Barroco en ‘Amar tanta belleza’, Premio Málaga 2015
Dos escritoras del Siglo de Oro, María de Zayas y Ana Caro Mallén, protagonizan esta novela que mezcla pasiones, crímenes e intrigas
La novena edición del certamen, convocado por el Instituto Municipal del Libro del Ayuntamiento de Málaga con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara, ha recaído en una novela histórica de cuidado lenguaje y caracteres muy vivos que recrea la España del siglo XVII. Formado, entre otros, por Luis Alberto de Cuenca, Eva Díaz, Antonio Orejudo y Antonio Soler, el jurado destacó lo fidedigno de la reconstrucción de la época y la amenidad de un relato que se mete en la piel de los personajes. Su autora, la narradora y ensayista granadina Herminia Luque, reside desde hace años en Málaga, donde ejerce como profesora de Secundaria.
—¿Cómo y por qué se produce su acercamiento a las figuras de María de Zayas y Ana Caro?
—Estaba documentándome para otra novela, ambientada también en el siglo XVII, y me di de bruces con el poderío literario de María de Zayas, autora de novelas tachadas de escandalosas en las que se cuestiona el papel de las mujeres en la sociedad de su tiempo. Mujeres doblemente subordinadas: plegadas a los intereses de los hombres y a las limitaciones de una sociedad estamental. De la vida de Zayas, además, tenemos muy pocos datos y eso me daba la oportunidad de fabular a mi antojo. Abandoné entonces el otro proyecto y escogí a María de Zayas y a Ana Caro como protagonistas. Ana Caro fue otra mujer singular, autora de una obra de teatro cuyo título es ya una declaración programática, Valor, agravio y mujer. En ella la protagonista, Estela, se viste de hombre y se planta en Flandes para vengarse del amante que la ha seducido y abandonado.
—¿Le interesa especialmente el papel de la mujer, de las escritoras, en la historia de la literatura?
—Con veinte años leí el estudio de Octavio Paz sobre Sor Juana Inés de la Cruz, y desde entonces no he dejado de interesarme por toda una genealogía de escritoras, herencia viva que tenemos por fuerza que conocer. No puede repetirse la historia de escritoras españolas del siglo XVIII que, cuando acceden a la autoría, ignoran la existencia de figuras como María de Zayas y han de remontarse a la Antigüedad (Safo, Corina) para afirmar la existencia de mujeres que fueron importantes en el mundo de las letras.
—¿Cree que ha habido discriminación a la hora de valorar y criticar la producción de mujeres, como es el caso de sus protagonistas?
—Por supuesto. No hay más que acudir a las biografías de autoras no tan lejanas como Emilia Pardo Bazán (fallecida en 1921, no hace ni un siglo), que fue vapuleada por ser mujer —literata era el término, cargado de connotaciones negativas, con el que se descalificaba a las escritoras—. Un eminente crítico como Clarín definía una de sus novelas tachándola de “antipático poema de una jamona atrasada de caricias”.
—Su novela describe el ambiente cultural del Barroco, ¿nos puede sorprender?
—Sorprende que en una sociedad inmersa en un deterioro económico gravísimo, con índices de analfabetismo que ponen los pelos de punta, hubiese una explosión de creatividad literaria y artística semejante. Escritores de la talla de un Góngora, un Cervantes, un Lope; artistas como un Velázquez, un Zurbarán, un Alonso Cano, figuras todas de importancia universal.
—¿A qué obedece el título de la obra?
—A unos versos de María de Zayas incluidos en su segunda colección de novelas, Desengaños amorosos, que dicen así: “Así gasta, llorando, / su bien perdido tiempo / que amar tanta belleza / gloria es, que no tormento”. Toda una teoría del amor —un amor platonizante, cortés, mediatizado por un conjunto de códigos literarios— que se infiltra en su poesía. Poesía paradójicamente mucho más optimista con respecto al amor que el conjunto de sus narraciones propiamente dichas. En estas, las mujeres son perdedoras natas: siempre pierden en el juego del amor, juego de poder al fin y al cabo. Y las digresiones de doña María no dejan ningún género de dudas acerca de su pesimismo sobre las condiciones de vida de las féminas de su tiempo.
María Dueñas, A. C. Grayling, Muñoz Molina, Caballero Bonald y Marwan, en el Hay Festival de Segovia 2015
El Hay Festival de Segovia protagonizará de nuevo el comienzo de curso cultural entre los días 24 y 27 de septiembre, y lo hará con una destacada nómina de escritores y periodistas que participan en los diversos actos de este encuentro literario, que cuenta un año más con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara.Esta cita internacional con la cultura y el pensamiento ofrecerá un pequeño aperitivo el día 11 de septiembre con la celebración del ciclo “Propios y extraños”, que tendrá como protagonista a la escritora María Dueñas, quien desde las 19 horas conversará con Ana Gavín, directora de la Fundación Lara, en el Patio del Palacio de Quintanar. La autora hablará de su última novela, La Templanza —una historia que transcurre entre México, Cuba y la España de los bodegueros de Jerez de la segunda mitad del siglo XIX—, y luego tendrá lugar una lectura continuada de la misma.
Las actividades que organiza la Fundación Lara en colaboración con el Hay Festival de Segovia, o en las que participan autores vinculados a sellos editoriales del Grupo Planeta, son las siguientes:
Día 25 de septiembre, viernes
– María Dueñas, la reconocida novelista, conversará con Antonio San José sobre su obra: El tiempo entre costuras, Misión Olvido y La Templanza. A las 19,00 horas.
– El filósofo A. C. Grayling, autor de numerosas publicaciones y profesor en las universidades de Londres y Oxford, protagonizará un encuentro con estudiantes a las 13,15 horas.
Día 26 de septiembre, sábado
– El escritor Antonio Muñoz Molina y el filósofo A. C. Grayling conversarán sobre la ética y la filosofía en el mundo actual. A las 17,30 horas en el IE University, con la intervención de Peter Florence.
– La escritora británica Sadie Jones, autora de Huéspedes inesperados, tragicomedia llena de secretos y juegos de seducción, intervendrá a las 19,00 horas.
Día 27 de septiembre, domingo
– Antonio Muñoz Molina conversará con Ana Gavín en torno a su última novela, Como la sombra que se va. De 12,15 horas a 13,15 horas.
– José Manuel Caballero Bonald, reciente autor de Desaprendizajes, conversará con el periodista y escritor Juan Cruz, de 13,30 horas a 14,30 horas.
– El cantautor y poeta español Marwan protagonizará la clausura del Hay Festival de Segovia. Antes de su concierto mantendrá una conversación con Benjamín Prado, con quien hablará de su último libro Todos mis futuros son contigo. A las 20,30 horas.
– “Cómo convertirse en el mejor explorador del mundo”. Taller para niños aventureros (y padres viajeros) coorganizado por Lonely Planet. Raúl Martín, geógrafo, alpinista y viajero, enseña el manejo de la brújula o a leer en las estrellas.
Poetas atrapados en Nueva York
“Los poetas en Nueva York. Homenaje a García Lorca” es el título de uno de los seminarios celebrados en El Escorial, dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense. Al cumplirse el 75 aniversario de la publicación de Poeta en Nueva York, la Fundación José Manuel Lara patrocinó este curso para analizar la influencia de la ciudad de los rascacielos en la obra del escritor granadino, que sigue atrayendo la mirada de muchos poetas españoles. En la imagen, de izquierda a derecha, Ana Gavín, directora del seminario, junto a Aurora Luque, Manuel Francisco Reina, Dionisio Cañas, José Manuel Carcasés, Álvaro Salvador y Julio Neira —autor del reciente libro Geometría y angustia (colección Vandalia)—. En el semininario también participaron el director de la RAE, Darío Villanueva, Luis Alberto de Cuenca y el actor Pepe Martín, que ofreció un recital de poesía.