Una década entre dos centenarios
Entre 2005 y 2015 se ha dado a conocer un buen número de aportaciones fundamentales para el mejor entendimiento tanto de Cervantes como del ‘Quijote’
Como dice su último gran editor, Francisco Rico, “Nunca acabamos de leer el Quijote, ni siquiera literalmente. No hay medio de averiguar por qué un libro tan sencillo, tan accesible a todos, tiene ‘tan grande poder de alusiones simbólicas al sentido de la vida’, como decía Ortega, o, como dicen los sabios, tan ilimitada capacidad de semiosis” (Tiempos del ‘Quijote’, p. 59). Tampoco es posible una lectura adánica, virginal, de la obra cervantina, pues, en mayor o menor grado, cualquier lector estará influido por las lecturas que distintas épocas y múltiples exégetas han dado de la mejor novela de todos los tiempos y también por temas y motivos que han pasado al dominio popular. Todo cervantista ha sentido alguna vez el vértigo del Quijote, tanto porque su capacidad semántica es inagotable y cada lectura encuentra significados no descubiertos antes como también porque la bibliografía que ha suscitado en cuatro siglos de historia, siendo inmensa, no deja de crecer. Nuestra inmortal novela nunca dejará de interesar a lectores y estudiosos, alumbrando su imaginación, suscitando interrogantes y removiendo inquietudes que nunca se resolverán del todo en la esencial insatisfacción del ser humano En 2005 se celebró el cuarto centenario de la publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605). De aquella conmemoración nos han quedado aportaciones fundamentales entre las que conviene destacar algunas. El estudio filológico del texto nos ha dejado la mejor edición crítica, coordinada por Francisco Rico: Don Quijote de la Mancha (Galaxia y Círculo de Lectores, 2005). Esta edición, en la cual Rico y sus colaboradores han seguido trabajando con la intención de restablecer el texto más cercano posible al que salió de la mano de Cervantes, con enmiendas y rectificaciones, acaba de ser reeditada, con revisiones y ampliaciones, en la Real Academia Española (2015). Y a Rico debemos también la documentada exposición de los problemas textuales de la primera parte de la novela en El texto del ‘Quijote’ (Destino, 2005), donde se analizan los pasos seguidos por el texto desde que salió de la mano de su autor hasta su llegada a los lectores, pasando por los borradores de Cervantes, la copia por un amanuense, las revisiones hechas por el autor y la confec-ción del libro en la imprenta de Juan de la Cuesta, con las alteraciones perpetradas por los tipógrafos y las modificaciones introducidas por Cervantes en la segunda y la tercera edición de la novela. Y más aún: el manual de Rico aspira a servir de orientación para la edición de cualquier texto de nuestra literatura áurea, tal como reza el subtítulo: Preliminares a una ecdótica del Siglo de Oro.Del año 2005 nos viene también la versión española del excelente libro de Anthony J. Close: La concepción romántica del ‘Quijote’ (Crítica), con el texto revisado y puesto al día del original inglés The Romantic Approach to ‘Don Quixote’, que se había publicado en 1978 (Cambridge University Press), considerado como un clásico imprescindible en la bibliografía cervantina por su contribución a una nueva interpretación del Quijote a partir del romanticismo alemán. También de 2005 nos queda la biografía escrita por Krzysztof Sliwa: Vida de Miguel de Cervantes Saavedra (Reichenberger, Kassel), modélica en su apoyo documental de todo aquello que puede ser probado. Y en el campo de la recreación literaria del Quijote parece obligado recordar la novela de Andrés Trapiello: Al morir don Quijote (Destino, 2004), en la cual el novelista y biógrafo de Cervantes escribe una afortunada continuación ideando nuevas situaciones protagonizadas por los personajes de Sancho Panza, Sansón Carrasco, el ama y la sobrina de don Quijote.
Entre 2005 y 2015, cuarto centenario de la publicación de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), han venido apareciendo estudios de interés en diferentes campos. En 2006 Jean Canavaggio, biógrafo cervantino de máximo prestigio por su Cervantes (Espasa, 1987), entrega un inteligente análisis e interpretación de la novela y su posteridad en Don Quijote, del libro al mito (Espasa). Al ya citado hispanista inglés Anthony Close debemos nuevas ampliaciones y matizaciones en su aportación cervantina traducida en 2007: Cervantes y la mentalidad cómica de su tiempo (Centro de Estudios Cervantinos). Y del año 2008 es la novedosa exploración de Darío Villanueva en El ‘Quijote’ antes del cinema, cuyo resumen fue leído como discurso de ingreso en la Real Academia Española. En sus páginas el actual director de la RAE lleva a cabo una lúcida aproximación a los elementos precinematográficos presentes en la novela, concluyendo que Cervantes “narra siempre con una marcada concepción visual, rítmica, escenográfica y espectacular de las situaciones, como si pretendiera poner en palabras escuetas lo que sobre la pantalla se resolvería en la secuencia de unas imágenes que hablasen por sí mismas” (p. 150).
En la década comprendida entre los dos centenarios se han publicado cientos de artículos y ensayos reunidos en volúmenes de autoría colectiva. Entre los más importantes destacan la Gran Enciclopedia Cervantina, con miles de entradas y cientos de colaboradores, dirigida por Carlos Alvar y coordinada por Florencio Sevilla (Centro de Estudios Cervantinos), los números de la revista Anales Cervantinos, las actas de los congresos internacionales de la Asociación de Cervantistas celebrados en diferentes ciudades relacionadas con la vida de Cervantes y el monográfico coordinado por Ruth Fine y Santiago López Navia en Cervantes y las religiones (Universidad de Navarra-Vervuert, 2008).
En 2012 Rico reunió once trabajos dedicados a Cervantes en su libro Tiempos del ‘Quijote’ (Acantilado). En ellos prosigue la lectura e interpretación de una obra que nunca permite llegar al agotamiento de su significado, pues “el Quijote dice muchas cosas, pero hay muchas más que no niega, e infinitas que sugiere” (p. 137). Y entre otros estudios sobre diferentes aspectos merecen especial mención los dedicados a diferentes lecturas del Quijote a lo largo de los siglos (“Tiempos del Quijote”), los quebraderos de cabeza motivados por el rucio de Sancho (“¿El ‘rucio’ de Sancho?” y “Tras las huellas del asno”), los comentarios al libro de Close (“La obra romántica más grande de Europa”) y el análisis de locuciones y frases del Quijote proverbializadas en la lengua popular: “‘Metafísico estáis’ (y el sentido de los clásicos)”.
De la más estricta actualidad es la última biografía de Cervantes escrita por Jorge García López: Cervantes: la figura en el tapiz. Itinerario personal y vivencia intelectual (Pasado & Presente, 2015), que hace un recorrido por la aventura humana, intelectual y literaria del autor del Quijote, partiendo del contexto histórico, social y cultural en el que se desarrolló su vida de soldado o de funcionario al servicio del rey en lugares de Andalucía y de Castilla y en el que se fue formando su compleja personalidad, siempre en busca de la gloria, primero en la poesía, luego en el teatro y, finalmente, en la prosa narrativa, donde comenzó por asimilar todas las modalidades que la tradición le ofrecía para acabar imaginando todas las posibilidades narrativas que sus continuadores en la evolución de la novela habrían de encontrar al menos en embrión en las ficciones cervantinas, nacidas de “una reformulación del discurso literario del humanismo” (p. 27).
El cuarto centenario de la publicación de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha nos ha traído ya la puesta al día de la edición coordinada por Rico en la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española. Además de la fijación del texto “de acuerdo con las más rigurosas técnicas de la moderna crítica textual”, destacan los trabajos de Jean Canavaggio, Anthony J. Close, Edward C. Riley, Gonzalo Pontón, Fernando Lázaro Carreter, Domingo Ródenas de Moya y el propio Rico. Y porque, como el mismo Rico reconoce, en la edición de la inmortal novela nunca se alcanzarán todas las metas propuestas “ni habrá jamás un Quijote que pueda reputarse definitivo”, seguirán apareciendo nuevas ediciones. Este mismo año verá la luz, en el mes de octubre, la que han llevado a buen término dos acreditados cervantistas, Pollux Hernúñez y Emilio Pascual (Reino de Cordelia), con ilustraciones de Miguel Ángel Martín, en la cual, por lo que he podido saber, se adopta como texto de referencia el de la edición de Rico (cuyo magisterio se reconoce de modo explícito), pero sin limitarse a calcarlo, entrando en la profundización y análisis de pasajes de difícil interpretación con “nuevos argumentos para apoyar una u otra alternativa en lecciones dudosas”, como se explica en el “Apéndice ecdótico”.
No es posible una lectura adánica, virginal, de la obra cervantina, pues, en mayor o menor grado, cualquier lector estará influido por las lecturas que distintas épocas y múltiples exégetas han dado de la mejor novela de todos los tiempos Y no debemos cerrar este informe sin dar cuenta de algunas recreaciones literarias de motivos y episodios cervantinos o quijotescos que han visto la luz en los últimos años. Entre los más interesantes cabe destacar La última dedicatoria de Cervantes (Oportet, 2013), en la que Emilio Pascual pone en forma dramática textos cervantinos rememorados por el autor el día 19 de abril de 1616 (tres días antes de morir) en una especie de “película de su vida”. En 2014 publicó Trapiello su segunda continuación de la novela cervantina en El final de Sancho Panza y otras suertes (Destino), en la cual el autor leonés traslada a los personajes de su anterior continuación a América, donde Sancho encuentra la muerte durante un terremoto en Arequipa. Y en 2015 el propio Trapiello ha dado cima a su versión completa del texto del Quijote puesto en castellano actual (Destino). En soporte digital podía manejarse la adaptación de la novela al castellano actual por Francisco de Paula Martínez (2014). Y Juan Eslava Galán ha compuesto una entretenida novela en Misterioso asesinato en casa de Cervantes (Espasa, 2015), sobre el episodio vallisoletano centrado en la muerte del caballero Ezpeleta en las proximidades de la casa de Cervantes en Valladolid, cuando era sede de la Corte.Quienes quieran adentrarse más a fondo en los estudios cervantinos pueden consultar las publicaciones del Centro de Estudios Cervantinos (Alcalá de Henares) y las bibliografías actualizadas en la biografía escrita por García López y en la citada edición del Quijote bajo la dirección de Rico. Y pongamos ya punto final porque nuestra inmortal novela nunca dejará de interesar a lectores y estudiosos, alumbrando su imaginación, suscitando interrogantes sin término y removiendo inquietudes que nunca se resolverán del todo en la esencial insatisfacción del ser humano. Por eso “es el único libro en la historia de las letras europeas que no ha conocido declives ni olvidos. […] El Quijote se ha mantenido durante más de cuatrocientos años entre los best-seller y no ha pasado ni uno sin comparecer en español o en otras lenguas. Todavía más: en mayo del 2002, una encuesta del New York Times, con un jurado compuesto por un centenar de escritores de más de cincuenta países, lo eligió como ‘the world’s best work of fiction’ de todos los tiempos, largamente por delante de obras de Proust, Shakespeare, Homero, Tolstói…” (Presentación del Quijote, ed. de Rico, pág. XIII). No en vano para Dostoievski, uno de los grandes discípulos de Cervantes, el Quijote es el libro que “el hombre debiera llevar consigo el día del Juicio Final”.